domingo, septiembre 25, 2022

Me leyó la lista de profetas y después de apóstoles "para que te enteres un poco"

De esa forma fui mancillado, pero no del todo, porque añadió, "y te aclares entre  Antiguo y Nuevo Testamento". Sí, tuve algún  fallo, pero no lo que da a entender ella con sus locuciones, que me pone de analfabeto.
No aguanta que yo ya hace tiempo me declarase católico no creyente.
Se reía, 
-Qué disparate, no ves que si no cres en Dios no puedes ser católico. 
- Pues mal que te pese, lo soy.
Luego le hablé suave (con contención y ocultamiento) del Jesucristo católico -el luterano y calvinista son muy distintos-, y sus partidarios, los curas comunistas del siglo pasado, la teología de la liberación, los cristianos de base, el papa Francisco, tantos jesuitas. Siempe han existido münsterianos anabaptistas, cátaros, valdenses..., siempre hay urgidos a la redención.
Ayer mientras se desarrollaba en casa la francachela, yo escribia mi post sobre el Sáhara denunciando aporías y paradojas de la izquierda posmoderna española de hoy. Post que irá a parar a mi libro en curso, del Sáhara solo. Es tan fácil escribir sobre ese contencioso, no hay competencia, todos repiten la huida, abandono, traición de España, con los mismos disparates, unos loros, otros papagayos.
Como me ponía contento con el post del Sáhara de arriba, regresaba al salón con el portátil, donde ponía a Quevedo y Bizarrap. En un momento dado nos pusimos todos a bailar "Quédate", Trap según Belén y Adriana, música urbana y reggaeton según Rosalía  y yo. 

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