viernes, enero 29, 2021

El último exilio de Euskadi para que al final: monoteísmo nacionalista vasco

Le conocí a Gorka Angulo cuando con el Plan Ibarretxe, pasado el 2000, la "raza milenaria" pretendía desgajarse de España mientras los nacionalistas pacíficos, el Partido Nacionalista Vasco, condenaba sin ninguna convicción  su gran ayuda objetiva: el terrorismo vasco. Ay, sin ellos.

Gorka, que me llamó ayer después de muchos años, formaba parte del último exilio, el generado por ETA con el total desinterés del nacionalismo, instituciones y la rigurosa  indiferencia de la  sociedad vasca. Al ser periodista anduvo por Galicia y terminó en Tenerife.

Como yo había constituido la "Asociación de Abogados  de Tenerife contra el plan Ibarretxe y por la libertad en Euskadi" y habíamos salido en los medios, contactó conmigo, más que como periodista, de afín frente aquel estado de cosas. Según me contó ayer, supo después que ya estaba en la antesala del atentado, el gobierno (evidentemente no este/o) les ha dado alguna medalla ¿constitucional? o reconocimiento.  Se sentía un verdadero exiliado y no se hacía a la isla. De haber sido asesinado, en sus funerales no se hubiera bailado el aurresku, encendido antorchas nazis, ni atiborrada la iglesia, tampoco nadie hubiera gritado  consignas llenas de odio. Apenas los más cercanos habrían asistido, muchos amigos y conocidos lo hubieran lamentado en silencio.

Un día que vino un amigo mío guipuzcoano quedamos todos para ir a cenar.  Este amigo guipuzcoano no formaba parte del exilio de la guerra civil, sino del siguiente, el segundo, de ETA; en realidad no había sido mucho exilio porque había sido muy activo en la  clandestinidad y en pasos de frontera.  Estuvo en la cárcel, pero en Francia. Al ser del grupo etarra que abandonó el terrorismo, no tuvieron que rendir cuentas ante la justicia, bueno, años atrás había habido la amnistía general, para poder entenderlo. Ahora el guipuzcoano (ex exiliado por la ley española) estaba junto al exiliado por persecución de ETA defendiendo la libertad en el País Vasco, él dentro y el joven vizcaíno  fuera, en Canarias. Estaba con  ellos, yo como transterrado y aun no renegado, todo llegaría, porque detestaba el terrorismo y las instituciones en manos nacionalistas, que han acabado por confluir y fundirse las dos y la sociedad vasca.

 

Quiero decir que los de mi generación que creíamos en una nación vasca desde una perspectiva prescriptiva descriptiva de izquierda, supongo que la mayoría ya con la Transición dejamos aquellos  trampantojos; otros se prolongaron en el tiempo: los más intensos,  justo para desembocar en lo que ellos en nada contribuyeron a crear  y ya estaban, como era el PNV y PSOE donde terminaron. El agravante es que se repartieron en el peor PNV y en el PSOE de Euskadi más estulto y sin principios vendido por falta radical de ideas al nacionalismo y los cargos. No es que crearan algo después de tantas luchas, podían haber mejorado, influido modestamente, al contrario, tras tanta historia estuvieron en la marcha a lo peor .

La sociedad vasca se ha vuelto una  sociedad monoteísta, homogénea, religiosa como nunca lo fue, han logrado eliminar el pluralismo que siempre tuvo. Han conseguido borrar a la derecha española: extranjera, o eres o no eres, y solo puedes ser con el PNV. PSOE y BILDU. Pues esta ha sido la historia, sobrada de teatralidad y artificios... y artificieros .


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