viernes, enero 27, 2017

La tertulia mensual y consideraciones al margen

Mañana tenemos Mácaros en el Oliver. De siempre me lo preparo como si tuviera que  hacer una disertación. Aunque luego me limito a  disertar en lugar de como río caudaloso, como rápidos, saltos, cascadas y cabriolas de un torrente impetuoso.  Tengo mi propio estilo, que es lo más valioso que tenemos. Luego dicen que hablo mucho: me lo preparo mucho y soy simpático en todo momento. Aunque los invitados no suelan volver. El estado de excepción y el poder no comisarial de Carl Schmidt. Toda la semana con Carl Schmidt. ¡Que complejidad e intelectualismo!
Por fin sé por qué  también es inspirador de la extrema izquierda y que Pablo Iglesias lo cite. Eran muchos títulos y siempre su renovada presencia en las librerías como para no interrogarse por qué. Efectivamente podía ser utilizado por la extrema izquierda. Fueron los del mayo 68, y básicamente porque el Derecho público había de someterse a la política. Dejaba la legitimidad en la acción política y fuera del derecho constitucional, asunto de esbirros del poseedor de la batuta. He tenido que hacerme unas placas en la boca para mandárselas a mi primo y fije el calendario. En la librería del Cabildo me encuentro con una escritora que obtuvo hace unos pocos años el máximo premio literario del Archipiélago. El Nobel Canario de literatura. Le preguntó por el autor que estoy trabajando. Y  me dice “¿te lo han encargado?”
Como yo ni me relaciono ni salgo, si no es con amigos, ni por tanto sé nada del exterior, me ha parecido lisonjero, que alguien, una reina de la república de las letras, me coloque en esa susceptibilidad (es un forzamiento más de las palabras) de poder ser comisionado, muy lejos de otros mundos de Dios. Como dice Schmidt (comisarial) todo el rato, por otra parte.
Ahora lo más estimulante de mi vida es Donald Trump, me leo las dos páginas de El País a él dedicadas. No es para menos. Ocurre que no puedo escribir sobre él. No hay nada que aportar, porque está todo dicho. Sin embargo hay una diferencia, a los que he oído defenderle antes, son personas inteligentes y preparadas (y muy originales, que eso es lo que más excita), podía entenderles aunque no compartiera. Pero ya no. A ver qué digo pasado mañana. 


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