Anteayer para quedar con mi hermano me dijo que al bar donde
lo hacíamos últimamente deberíamos llamarlo el bar “horrible”. Y omitir
descripciones GPS. Es muy “horreus” en decoración, el otro día casi toda la
barra estaba llena de platos, vasos y demás, sin lavar. Lo que pasa es que como
nos sentamos en una mesa y no miramos, bueno miramos el vaso por si acaso.
Hasta ahora no había querido meter la boda a la que invitamos
a todos, pero me llegan tantas idioteces, que ahora sí. La boda sin exclusiones ni
conjuras ni humillaciones también existió, hace relativamente poco.
Para no pasar de una tontería, ya está dando guerra. Fuera
del lado hermético y poco aireado se ve de muy distinta forma. Espero ansioso
pasar página. Enterrar todo ello.
Nuestro hermanamiento se
ha hecho aún más incondicional por las experiencias últimas vividas. Las
peores con diferencia de los dos en materia de relaciones interpersonales. Mi
hermano: su más negativa experiencia ha
sido superada con creces y yo no he
vivido nada parecido jamás, y ya tengo años. En mi familia y en el País Vasco
la amistad era sagrada, la lealtad, confianza, franqueza, reciprocidad… los
deberes y valores, nadie se los saltaba. Yo que he tenido muchos amigos, tipo
relaciones auténticas, nunca podían pasar cosas así, lo que extendía a un ámbito que
siempre se despliega o continua en lo más convencional, que después de tanto tiempo
nos pudieran excluir todos a una. Exactamente todos los que por ser de un pequeño grupo fueran
invitados a la boda de mi hijo hace 2 años y medio, ahora en una versión muy menor y conmemorativa, nos
excluyeran. ¡Los más convencionales del mercado, no son gente sin formas, en
absoluto! A nadie le pareció algo no muy presentable, que debiera reflexionarse,
no, sino se conjuraron tres veces.
Primera: Para consentir y participar en la exclusión, sin rechistar o pedir reflexión y algún punto de nobleza. El coro, porque no
hay otra palabra, se conjuró después (Segunda) para que no nos enteráramos. ¡Cómo
que nos enteramos por internet de chiripa! ¿Por qué tanto interés en la
ocultación, si era una tontería? Si es una tontería… Todas las cosas que me
llegan como esta, hasta me las escriben- las vivo ya como una pesadilla que parece
no tener fin. Qué ganas que pase el tiempo. La tercera, es la justificación
unánime, de que era una tontería (pero secreta), que no es más que una “no
invitación” (la sensibilidad no es su fuerte) exactamente igual de una que se
fue, e invitó después a un montón de
gente a su boda (entraba todo el mundo, pero hubo bastantes ausencias; el
ejemplo es buenísimo, ahora que lo pienso) y dejó a uno de los ahora implicados
fuera: apenas se conocían ni coincidían. Rosana ha ampliado y fechado los datos
de la grosera manipulación. Si yo me burlaba era porque casi ni se conocían, menos para una
invitación. Si hubiera sido una
verdadera “no invitación” no hubiera tenido gracia, la premisa
previa del absurdo del enunciado hubiera faltado (¡lo que hay que llegar
a explicar!), ni yo he hecho jamás esas cosas. Yo si hago daño es
voluntariamente directo, explícito, odio el daño por el daño. Pero estos o no
me conocen o les da igual todo. Esto, no toleran que se pueda frustrar sus
diversiones, y como ocurre en estos casos tempranos en los humanos, lo quieren todo.
Dieron por razón legítima, ellos que simplemente se habían dejado invitar, pues igual que a la
boda de mi hijo, que mi ausencia era porque “no se llevaban”. Si eso era así
por qué no paraban de reclamarme para acudiera al grupo, ¿querían bronca? Son
así de coherentes. Lo que no sé es si la que les invitó a la boda otra, XY
¿tampoco se llevaba? Ahí no han entrado, lo suyo es el borrado a lo bestia y la
irresponsabilidad plena. No interesa nada conflictivo, solo quieren no perderse
nada.
Recibo un correo de una del grupo de fuera, de la Península,
que fundida en la penosa versión del coro, dice que es una tontería ser
excluido, mi hermano humillado, (el grado de empatía de algunos es de estudio)
hace la comparación imbécil recién comentada, y da por hecho que no fuera invitado yo (de
rebote, dice), otra también invitada por nosotros.
Lo sorprendente es que se olvida la primera pregunta "¿pero
qué demonios os pasa a LGC y a ti, no sé nada, nadie me ha contado nada, para que
no os invitara a ninguno de los tres, si iba de matrimonios? Desde luego algo
muy gordo hubo de ser para que no correspondiera (por muy respaldado que
estuviera en la exclusión), ¿qué pasó realmente?". Nada, que se olvidó de esto
también. Estoy abierto a una mayor concreción del "NO SE LLEVAN", seguro que entre todos se puede. Me conformo con hipótesis y especulaciones. Han faltado muchas cosas, una ha sido el respeto. Algo que jamás he reclamado para mí nunca, porque generalmente aborrezco a quien lo hace.
Ahora se quejan de este blog, del mensajero y tienen la
máxima desfachatez de hacerse los ofendidos. No, no, y no. Uno me dijo que no
se podían defender del blog, ¡cuando a la
vez me decía que me había contestado en el blog de una manera tan dura que
igual rompíamos!, pues decía esto y a la vez que nadie puede defenderse (debió cometer
un acto fallido porque no me llegó), basta contestar y decir que esa respuesta
no es para publicar en el blog, mandar correos, SMS etc, ¡Que no podían contestar!,
nunca le he oído decir tantas barbaridades. Nos sorprendió mucho sus
argumentaciones. No parecía él. Jodér como está la tontería. No quiero imaginar que fuera algo serio, no digamos grave.
A ver, quienes no tuvimos amigos auténticos (en el sentido
de mi hermano y yo y de mi tierra) que nos defendieran de las falacias que
soltaba LGC, de las mentiras fuimos nosotros y solo nosotros. De un ofensor
consuetudinario y en directo de mi hermano. Nadie tampoco le dijo que era una
discriminación, que no solo discriminaba sino que había una humillación
asquerosa, que se lo pensara, siendo tan
convencionales, que habían estado todos en la boda de mi hijo, que no les
comprometiera a ellos. Que las exclusiones no tienen enmienda, y que estaba
extendiendo objetiva y funcionalmente el problema a todos. Eché en falta algún
amigo, en el sentido de como lo viví y lo entendemos nosotros, como dice mi
hermano. Nosotros que no pudimos contestar no contamos con nadie ¿te enteras?
Yo sé que hay que agarrarse a "la tontería" –aunque yo soy mucho más de dar la
cara siempre- lo que no conviene es que se entre en el fondo. La táctica es
buena en principio, por absolutamente disolvente de todo, pero tiene una pega,
que supone tratar de imbéciles a los demás. Y otra pega, que no puede resultar
por la última parte, y que encima lo emponzoña aún más. Empeorar. Aunque ya
hemos rebasado esa situación y da igual.
Le contesté a la total despreocupada por las graves desavenencias entre “amigos”, -impactante
el absoluto desinterés- digo por las
consecuencias, y si muy preocupada por
algún viajecillo (muy potencialmente privada de trupe para viajecillos: este es el tema), con
una carta, que pasó de carta a post, luego carta que se la mandé a mi hermano, que se le rayaron los
ojos y a dos amigas de ese guasap. Todos muy de acuerdo. Fue una carta abierta.
Lo bueno de los trances límite, es que se aprovechan, se
ven las cosas con claridad y cobras sentido real de la importancia de las
cosas. Vaya que sí, me resultan imperiosos algunos abrazos en Bilbao.
Mi hermano ayer estaba muy contento, todo por nuestra cita
de hoy con Gaviño, Juan, XY y yo. Dijo ayer muy gozoso –nunca se lo había oído, quizá algo
pero no tanto con la perspectiva de vernos con Iñaki- ¡mañana con
Gaviño! y nos ha citado a los demás, a XY incluida a la que ve todos los lunes y hasta a mí.
Pero el elemento de exaltación ha sido
Gaviño. Espero que no nos defraude y no
traspase demasiado los límites (con lo que es razonable contar sino sería
mantenerse dentro de estándares, y solo
mera superación del aburrimiento y absoluta previsibilidad convencional),
esperaba mañana (hoy) como si fuera a amar salvajemente.
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