sábado, enero 21, 2017

Dos bodas y tres conjuras


Anteayer para quedar con mi hermano me dijo que al bar donde lo hacíamos últimamente deberíamos llamarlo el bar “horrible”. Y omitir descripciones GPS. Es muy “horreus” en decoración, el otro día casi toda la barra estaba llena de platos, vasos y demás, sin lavar. Lo que pasa es que como nos sentamos en una mesa y no miramos, bueno miramos el vaso por si acaso.
Hasta ahora no había querido meter la boda a la que invitamos a todos, pero me llegan tantas idioteces, que ahora sí. La boda sin exclusiones ni conjuras ni humillaciones también existió, hace relativamente poco.
Para no pasar de una tontería, ya está dando guerra. Fuera del lado hermético y poco aireado se ve de muy distinta forma. Espero ansioso pasar página. Enterrar todo ello.
Nuestro hermanamiento se  ha hecho aún más incondicional por las experiencias últimas vividas. Las peores con diferencia de los dos en materia de relaciones interpersonales. Mi hermano: su  más negativa experiencia ha sido superada con creces  y yo no he vivido nada parecido jamás, y ya tengo años. En mi familia y en el País Vasco la amistad era sagrada, la lealtad, confianza, franqueza, reciprocidad… los deberes y valores, nadie se los saltaba. Yo que he tenido muchos amigos, tipo relaciones auténticas, nunca podían pasar cosas así, lo que extendía a un ámbito que siempre se despliega o continua en lo más convencional, que después de tanto tiempo nos pudieran excluir todos a una. Exactamente todos los  que por ser de un pequeño grupo fueran invitados a la boda de mi hijo hace 2 años y medio, ahora  en una versión muy menor y conmemorativa, nos excluyeran. ¡Los más convencionales del mercado, no son gente sin formas, en absoluto! A nadie le pareció algo no muy presentable, que debiera reflexionarse, no, sino se conjuraron tres  veces. Primera: Para consentir y participar en la exclusión, sin  rechistar o pedir reflexión y algún punto de nobleza. El coro, porque no hay otra palabra, se conjuró después  (Segunda) para que no nos enteráramos. ¡Cómo que nos enteramos por internet de chiripa! ¿Por qué tanto interés en la ocultación, si era una tontería? Si es una tontería… Todas las cosas que me llegan como esta, hasta me las escriben- las vivo ya como una pesadilla que parece no tener fin. Qué ganas que pase el tiempo. La tercera, es la justificación unánime, de que era una tontería (pero secreta), que no es más que una “no invitación” (la sensibilidad no es su fuerte) exactamente igual de una que se fue,  e invitó después a un montón de gente a su boda (entraba todo el mundo, pero hubo bastantes ausencias; el ejemplo es buenísimo, ahora que lo pienso) y dejó a uno de los ahora implicados fuera: apenas se conocían ni coincidían. Rosana ha ampliado y fechado los datos de la grosera manipulación. Si yo me burlaba era porque  casi ni se conocían, menos para una invitación.  Si hubiera sido una verdadera “no invitación” no hubiera tenido gracia,  la premisa  previa del absurdo del enunciado hubiera faltado (¡lo que hay que llegar a explicar!), ni yo he hecho jamás esas cosas. Yo si hago daño es voluntariamente directo, explícito, odio el daño por el daño. Pero estos o no me conocen o les da igual todo. Esto, no toleran que se pueda frustrar sus diversiones, y como ocurre en estos casos  tempranos en los humanos, lo quieren todo. Dieron por razón legítima, ellos que simplemente  se habían dejado invitar, pues igual que a la boda de mi hijo, que mi ausencia era porque “no se llevaban”. Si eso era así por qué no paraban de reclamarme para acudiera al grupo, ¿querían bronca? Son así de coherentes. Lo que no sé es si la que les invitó a la boda otra, XY ¿tampoco se llevaba? Ahí no han entrado, lo suyo es el borrado a lo bestia y la irresponsabilidad plena. No interesa nada conflictivo, solo quieren no perderse nada.
Recibo un correo de una del grupo de fuera, de la Península, que fundida en la penosa versión del coro, dice que es una tontería ser excluido, mi hermano humillado, (el grado de empatía de algunos es de estudio) hace la comparación imbécil recién comentada, y da por hecho que no fuera invitado yo (de rebote, dice), otra  también  invitada por nosotros.
Lo sorprendente es que se olvida la primera pregunta "¿pero qué demonios os pasa a LGC y a ti, no sé nada, nadie me ha contado nada, para que no os invitara a ninguno de los tres, si iba de matrimonios? Desde luego algo muy gordo hubo de ser para que no correspondiera (por muy respaldado que estuviera en la exclusión), ¿qué pasó realmente?". Nada, que se olvidó de esto también.  Estoy abierto a una mayor concreción del "NO SE LLEVAN", seguro que entre todos se puede. Me conformo con hipótesis y especulaciones. Han faltado muchas cosas, una ha sido  el respeto. Algo que jamás he reclamado para mí nunca, porque generalmente aborrezco a quien lo hace. 
Ahora se quejan de este blog, del mensajero y tienen la máxima desfachatez de hacerse los ofendidos. No, no, y no. Uno me dijo que no se podían  defender del blog, ¡cuando a la vez me decía que me había contestado en el blog de una manera tan dura que igual rompíamos!, pues decía esto y a la vez que nadie puede defenderse (debió cometer un acto fallido porque no me llegó), basta contestar y decir que esa respuesta no es para publicar en el blog, mandar correos, SMS etc, ¡Que no podían contestar!, nunca le he oído decir tantas barbaridades. Nos sorprendió mucho sus argumentaciones. No parecía él. Jodér como está la tontería.  No quiero imaginar que fuera algo serio, no digamos grave.
A ver, quienes no tuvimos amigos auténticos (en el sentido de mi hermano y yo y de mi tierra) que nos defendieran de las falacias que soltaba LGC, de las mentiras fuimos nosotros y solo nosotros. De un ofensor consuetudinario y en directo de mi hermano. Nadie tampoco le dijo que era una discriminación, que no solo discriminaba sino que había una humillación asquerosa,  que se lo pensara, siendo tan convencionales, que habían estado todos en la boda de mi hijo, que no les comprometiera a ellos. Que las exclusiones no tienen enmienda, y que estaba extendiendo objetiva y funcionalmente el problema a todos. Eché en falta algún amigo, en el sentido de como lo viví y lo entendemos nosotros, como dice mi hermano. Nosotros que no pudimos contestar no contamos con nadie ¿te enteras? Yo sé que hay que agarrarse a "la tontería" –aunque yo soy mucho más de dar la cara siempre- lo que no conviene es que se entre en el fondo. La táctica es buena en principio, por absolutamente disolvente de todo, pero tiene una pega, que supone tratar de imbéciles a los demás. Y otra pega, que no puede resultar por la última parte, y que encima lo emponzoña aún más. Empeorar. Aunque ya hemos rebasado esa situación y da igual.  
Le contesté a la total despreocupada por las  graves desavenencias entre “amigos”, -impactante el absoluto desinterés-  digo por las consecuencias, y si muy  preocupada por algún viajecillo (muy potencialmente privada de  trupe para viajecillos: este es el tema), con una carta, que pasó de carta a post, luego carta que  se la mandé a mi hermano, que se le rayaron los ojos y a dos amigas de ese guasap. Todos muy de acuerdo. Fue una carta abierta.      
Lo bueno de los trances límite, es que se aprovechan, se ven las cosas con claridad y cobras sentido real de la importancia de las cosas. Vaya que sí, me resultan imperiosos algunos abrazos en Bilbao.
Mi hermano ayer estaba muy contento, todo por nuestra cita de hoy con Gaviño, Juan, XY y yo. Dijo ayer  muy gozoso –nunca se lo había oído, quizá algo pero no tanto con la perspectiva de vernos con Iñaki- ¡mañana  con  Gaviño! y nos ha citado a los demás, a XY incluida  a la que ve todos los lunes y hasta a mí. Pero el elemento  de exaltación ha sido Gaviño. Espero que no  nos defraude y no traspase demasiado los límites (con lo que es razonable contar sino sería mantenerse dentro  de estándares, y solo mera superación del aburrimiento y absoluta previsibilidad convencional), esperaba mañana (hoy) como si fuera a amar salvajemente.
  


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