jueves, octubre 10, 2013

Un disconforme, un solidario

Un disconforme, un solidario, uno de esos que se sienten mal y somatizan las injusticias en el mundo y casi lo refieren. Psicologías eximidas de lo personal y atravesadas de mundo.
Tendría 16  años o así, creo que había bebido y recuerdo el lugar exacto, la intersección de las calles de Bilbao donde se produjo, incluso  el palacete que había entonces donde ocurrió. Quería que me doliera el dolor de los demás, incluso ansiaba que mi vida girase solo en torno a eso. Siempre quise ser arrebatado por un sentido. No hablo en broma porque duró hasta los 50 años. Sentí que aquel impulso era muy forzado, que no disponía de tanto poder sobre mí y que Dios no iba a intervenir, empeño inútil.
Acude un ex religioso, de una muy importante orden religiosa, a la consulta de XY, alguien que fue de una orden tan notable está  ahora en cometidos altruistas con mujeres perdidas. No se que tal marido y padre ha sido ni fue de religioso. No soy moralista, por lo que solo podría ser valorado en relación a su orden de valores.
Se presenta como un seguidor, muy ufano y ejemplar, de la Teología de la Liberación y despotrica del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
XY le sonríe y  dice: Mi hijo trabaja en el Banco Mundial. Totalmente estupefacto alcanza a balbucir: ¿Ah sí?
-Sí, en el departamento para Colombia y México-. Cunde el desánimo y el disimulo por parte del religioso de vida siempre comprometida religiosamente.
No sé si los jesuitas hicieron bien o mal dejando las metralletas, pero acabo de leer en El País que ese periódico y el Banco Mundial en su sede en Washington  han realizado una jornadas sobre el interesantísimo fenómeno del crecimiento de las clases medias en Sudamérica.
Al parecer hay gente preparada, incluso de otros países, que ponen todas las ganas para que poco a poco las cosas vayan mejorando. Lo que no consiguieron los fusiles ni las grandes y teatrales puestas en escena. 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Teología de la liberación:

Nunca entendí cómo alguien puede cambiar el amor evangélico con la lucha de clases.

Salu2, EDH.

José María Lizundia Zamalloa dijo...

Mañana Casino y el autor a la altura de la fijación intelectual de mi hermano, las tres primeras décadas del XX. Es como leer a Alfonso x El sabio

Taif dijo...

Os deseo el mejor de los éxitos.

Anónimo dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA Sr. Vasco:
Qué pena no haber leído su comentario antes de las 01:15 de hoy. Habría sabido que iba usted preparado para dar una tunda a su hermano.

No lo consiguió pero nos lo pasamos muy bien. Su hermano aguanto con paciencia mucho tiempo pero sus réplicas finales fueron casi lo mejor que he oído de Ortega.

Salu2, EDH.