domingo, octubre 27, 2013

Azaña me da la razón

En este libro he leído hace un rato lo que Manuel Azaña dijo de Ortega y Gasset, que me apresuro a reproducir,  y que básicamente coincide con lo que escribí sobre él, algunos post más abajo, a cuenta de nuestras lecturas del Casino.
“Ortega ha puesto al alcance de las damas y de los periodistas el vocabulario de la filosofía. Una cosa es pensar; otra tener ocurrencias. Ortega enhebra ocurrencias”.
El Maestro de mi hermano: simplemente Ortega.
 
El jueves quedo con Fer para ir al Banco de introductor: crédito master universidad americana. En el Banco hablamos de mujeres y de nuestro inglés. English or Spanish?, I  ask him. En lo que mejor nos entendamos me contesta, y nos ponemos a hablar en serbocroata.
-Cuántos verbos irregulares conoces, ¿unos tres?- le interrogo
- Que va, unos 30, 40, muchos…- el cabrón está  yendo a la universidad. Es un golpe bajo para mi autoestima, siento mucho ansia de inglés.
-Vamos a un bar de tías muy buenas, ya verás-
- No, me voy al Club a nadar
-No importa, llamaré a mi hermano.
En agosto que fuimos mi  hermano y yo una semana entera a conciliaciones al SMUACK descubrimos un bar, que en materia de mujeres era más que portentoso,  parecía nada más entrar un casting.
Aquella semana de conciliaciones nos hicimos parroquianos. Mi  hermano y yo sacamos a pasear nuestra facundia, la mayor de ellas  un día se quedó como intentando asir nuestras últimas frases. Me doy cuenta de inmediato de que se ha quedado gratamente sorprendida por nuestros escorzos, cabriolas  y loopings  retóricos, hemos volado bastante alto, no me acuerdo las frases pero fueron las más cotizadas: imaginativas, cultas y divertidas, y además perfectamente enhebradas, eran  como diálogos ideales, difícilmente audibles.
El jueves le llamé a mi hermano y fuimos a ese establecimiento tan embelesante,  venía muy contento del Castillo, había hecho reír varias veces a una funcionaria que es amiga muestra. Una vez con una frase mía. Esa es mía. ¿Y qué?
El viernes me esperan en el OAKSA, quitando mi lugar habitual en el que mi ostracismo sigue creciendo y  donde  me gustaría convertirme un día en holograma –voy directo a ello-, en los  lugares meramente  administrativos conservo aún  cierto dijéramos carisma (afección, pathos, simpatía) y uno es en  esa dependencia amiga. Hay público y el funzionariat es afecto, juego en casa por tanto. Me dirijo al polo de máxima dificultad tras recibir unos breves parabienes, y encadeno interrogantes, respuestas y nuevos interrogantes. ¿Me está dictando algún guionista de las grandes series americanas de televisión el diálogo (que hasta a mí me sorprende) o lo estoy haciendo yo solito?, es como estar haciendo surf sobre la cresta de una  ola sometida; el administrado, el público rompe a reír, solo le falta aplaudir. Mi pobre hermano con su única reidora… hay un segundo acto, tras él, otra administrada se va, pero en la puerta se para, me está mirando muy sonriente. ¿Se podrá tener más éxito profesional? Me pregunto.
A URGENCIAS
En el   muñón del codo que me había salido, se bifurcaba como otro antebrazo en dirección opuesta, como si el codo fuera un candelabro de dos brazos.  Llega XY de una comida larga, le enseño mi codo y me dice A urgencias. Cómo que a urgencias, si no he ido nunca. Mira cómo lo tienes. Ni me desmayo con solo oírlo, ni sudor  frío. Y si le preguntamos al vecino (que es doctor). Don´t worry: Calmasin o algo así.
 

6 comentarios:

José María Lizundia Zamalloa dijo...

Le llamo a mi hermano como si nada.
- ¿No tienes límite a la hora de ensuciar el nombre de Ortega?
- No he sido yo, sino Azaña.
- Azaña... ese enorme irresponsable, si además no pertenecía a ese mundo...
- Pues no sé quien me dijo que era un intelectual.
- No era filósofo.

José María Lizundia Zamalloa dijo...

Me he comprado un whatsapp último modelo, que tiene también para llamadas telefónicas con voz.
Mejor que el del Marqués, porque le pregunté el precio y el mío es más caro. Lo malo es que después de ponerme las claves de entrada, las secretas y todo no he entendido absolutamente nada.
Es probable que quede incomunicado una temporada

José María Lizundia Zamalloa dijo...

Me he comprado un whatsapp último modelo, que tiene también para llamadas telefónicas con voz.
Mejor que el del Marqués, porque le pregunté el precio y el mío es más caro. Lo malo es que después de ponerme las claves de entrada, las secretas y todo no he entendido absolutamente nada.
Es probable que quede incomunicado una temporada

Anónimo dijo...

¿Cita usted a Azaña para animar el cotarro?

Azaña, un escritor mediocre y resentido.

Que Azaña critique a Ortega no me extraña, por su envidia y su acomplejamiento no dejó títere con cabeza. Basta con que Azaña critique a alguien para que ese alguien ya me merezca la sospecha de que era bueno.

Y como político un cobarde. Uno de los 100 responsables del desastre de la II Republica.

No servía ni como masón (ingresó pero los ritos le parecieron tontos)

Azaña de tal nulidad intelectual y política que Ansar (cuando hablaba catalán en la intimidad)lo tomo como autor de cabecera.

Otro tema:
Al Orden Político de las Sociedades en Cambio hay que dedicarle más tiempo, propongo que nos demos un mes más y que la tertulia sea en diciembre


Salu2,EDH.



José María Lizundia Zamalloa dijo...

usted y otros acólitos ya reciben un miércoles al mes su clase de humanidades, con sus apuntes. No hay autor o libro que admita lecturas compartidas sin que se trate de la feligresía marxista o afines, ya un poco finiquitados por el devenir histórico.
Las lecturas corales, no son más que eso, los cánticos y rondallas que tanto le gustan. Vacuidad.
Cosa distinta son las personalidades que acuden. Elitistas, especiales, intelectuales... cercados de prosaísmo y vulgaridad. Eso es la verdaderamente interesante, y no los pérfidos libritos que hay que leer. Y cuanto antes acabemos con este Huntington II parte, mejor. si quiere las lecturas rigurosas vaya a alguna universidad anglosajona. O sino a Alternativas de Jesús Caldera

Anónimo dijo...


jajajajaajajajajja me pierdo, me pierdo con su valpuleo, noto que me golpea pero no sé dónde, jajajaajajaja


este año el curso de humanidades aunque sigue teniendo interés... por eso de las lecturas compartidas es muy light comparado con los anteriores,

claro que la lectura compartida te invita a leer más , como pasa con las tertulias del Casino/Oliver

Huntington II: se amplie el plazo o no , me lo voy a leer despacio y (¡ay! lo diré) subrayando . Pero ya que me lo voy a leer, me gustaría poder meter cuchara en sus discursos excesivos ajjajaajajajajajjaja

salu2 EDH