Tenía este post esbozado, lo retomo y me encuentro con su noticia. Fabuloso. Elena Valenciano es un
ejemplo de todo: "de la sanidad
privada llegado mi caso" y del tatuaje y la chupa.
La división entre izquierda y derecha proviene de la Asamblea Nacional francesa (de su posición en
ella) tras la Revolución, y como
constructo histórico surge de las condiciones de una sociedad muy poco
compleja, que diría nuestro amigo de Debates macaronésicos, el catedrático Juan
Pedro de Nicolás. Por tanto bastaría un
determinado grado de complejidad político
social para que tal división desapareciera.
Sin duda la capacidad de inventiva y evolución de la especie
humana hace casi milagroso que aún perviva la dicotomía que nació de una pugna
histórica entre nobleza y burguesía en la
Francia del XVIII. Por no estar, ni estuvo la clase obrera luego heredera de uno
de los polos, y ahora disuelta.
Creo que hasta yo puedo servir de ejemplo de una complejidad mínima
-Moral y costumbres: sería de izquierdas y en EE.UU. considerado liberal de izquierda. Soy partidario
del aborto, la eutanasia y demás y el relajamiento de las costumbres de las
sociedades abiertas.
Hay que aclarar que respeto absolutamente a la gente
contraria al aborto, no me molestan lo más mínimo sus manifestaciones, cánticos, ni aspecto. Están en su perfecto derecho.
Que derechos tan legítimos pongan enfermos
a un montón de gente, ilustra del jaez de la izquierda hispana, troglodita,
sectaria y con un inconsciente colectivo totalitario en el ADN.
Sin embargo hay en la dirección del PP dirigentes que son madres solteras por inseminación artificial, cosa que
no ocurre en el PSOE, cuya ñoñería ha de maquillarse con tatuajes y chupas. La izquierda es
históricamente moralista, casta, culmen
de virtud, rígida, de doble vara de
medir, ejemplarizante y pedagoga.
-Lo económico social
Todas las ideas fuerza de la izquierda en ese campo han
desparecido: propiedad colectiva de los medios de producción, avance de lo
sistémico, planificación económica…
Ahora todo se reduce al mantenimiento
del sector público, una lucha de agónica resistencia y conservación sin una
sola idea de nada, sin propuestas ni
horizonte. Rogatorias nomás.
En realidad, ese pie en pared contra los cambios de la
mundialización se ha basado solo en consignas pancarta como CONTRA EL TRABAJO PRECARIO,
cuando arreciaba la pérdida de cualquier trabajo, a favor de KEYNES (varita mágica
transhistórica), la POLITICA FRENTE A LOS MERCADOS cuando ya se sabía que la política
era ámbito de saqueo.
CHASQUIDO-DINERO-SERVICIOS
Ahora es cuando tiene realmente mérito ser de izquierdas.
Chasquido-dinero-servicios públicos. Antiguamente se hacía girando todos en
torno a la hoguera con cánticos sincopados.
La izquierda se ha convertido en el más formidable proyecto
de pasado, que pocas veces se ha dado antes con tal furia. En todos los
sentidos. República, Memoria histórica, nacionalismos burgueses del XIX, y
conservadurismo general.
Desde el punto de vista económico y social ser de izquierdas
supone seguir cada año un lema absurdo y
mirar al pasado para proyectarse en él. Es ansia de pasado y terror al futuro.
No es posible tomar posición
en relación a lo económico
social, porque ¿qué ideas serían las de izquierda?
MODELO AMERICANO/ MODELO ASIÁTICO
El futuro, en el que no parece vaya a estar la izquierda, será
un modelo parecido al de EE.UU, entre el asiático y el americano se elegirá el
último. Los conservadores europeos, ya
solos, sin sus aliados socialdemócratas,
trataran de que una parte del Estado de bienestar sobreviva, aunque pagándolo y no por el chasquido
de los dedos.
Para la consecución de esas ideas atribuidas a la izquierda
confío en la derecha europea (fueron
agentes históricos, no se olvide), tras la desaparición de la izquierda.
Culturalmente me gusta el arte de vanguardia y me interesa
mucho la posmodernidad -lo que no tiene absolutamente nada que ver con el
progresismo-, pero también soy un conservador porque sé que la tradición es
fundamental, que no hay cultura sin tradición. En arte, en filosofía, literatura…
no hay relaboración de nada que no pase por
revisión de la propia tradición.
Desde hace muchos años ya, la gente interesante me la estoy
encontrando en la derecha, nunca, ni una sola vez, en la izquierda.
Pensamiento
Del pensamiento de izquierda más reciente me quedé con dos británicos: Anthony Giddens
(Tercera Vía) y Tony Judt (defensa de los servicios públicos).
Pero como politizado que sigo siendo para mi desgracia, me interesa el liberalismo político y el
pluralismo, soy contrario a las teorías comunitaristas y al multiculturalismo
subsecuente, y sigo creyendo en el proyecto ilustrado que hoy encarna EE.UU.
Para contentar a los esquemáticos rocosos, dogmáticos
delirantes y ralea que se aferran al
pasado, en mí habría más elementos de izquierda
que de derecha. Lo que en absoluto me obsta para combatirla en nombre
del progreso/futuro.
4 comentarios:
Servidor como admirador suyo y elemento de su faunario me atrevo a etiquetarle como un Neocom lizundiense.
A discutir. jajajajaajajajaa
La riqueza extrema del pensamiento de izquierda se constituye por sus series de oposiciones, no por sus enunciados, programas, estrategias positivas y autónomas.
De forma que puede ser un año anti modelo de contrato, otro anti mercados, otro anti-clero, antifranquista-a-buenas-horas, antiMerkel, otro anti Tea Party,y anti Neocom, anti OTAN.
El problema es que la izquierda no es más que una enemistad general contra cualquier signo enemigo, todo en ella es muy interesante, sobre todo, no tener nada que hablar con ella.
Ni citando a Tony Judt ni a Giddens.
Supongo que bromea, pero los clava.
Se podría precisar mejor: de la lucha de clases a una enemistad general. Como inadaptación e incomprensión del mundo
ergo la izquierda es reaccionaria
salu2 edh
Publicar un comentario