miércoles, noviembre 20, 2024

Me reconozco en FB, esto lo he escrito yo. Prólogo a Bachir Edkhil: Duna Desnuda

 Bachir Edkhil es un poeta que se erige como una figura singular en el vasto paisaje literario saharaui, no sólo por su distanciamiento de las formas épicas y militantes que a menudo dominan la poesía del Sáhara, sino por su capacidad para adentrarse en la profundidad del ser humano y desvelar su complejidad interior.
En un contexto donde las voces poéticas suelen buscar la reivindicación de un pueblo o la narración de luchas políticas, Edkhil elige un camino diferente: el de la subjetividad pura, el del desierto interior donde la arena no es un escenario de conflicto, sino un espejo de la existencia misma. Su obra se aleja de las arengas, del panfleto, de las banderas. No busca ser la voz de una causa ni un eco de la historia reciente del Sáhara, sino que se convierte en un espacio íntimo y personal, donde la poesía se convierte en el único refugio posible ante la vastedad del desierto humano.
En Duna desnuda, su colección más representativa, los paisajes no son más que sombras de un mundo interior despojado de todo lo accesorio, donde cada palabra, cada imagen, cobra una resonancia única, profunda, como un eco lejano que atraviesa las dunas del alma. La música de su poesía no responde a las reglas de una métrica tradicional ni a las formas convencionales, sino que brota libre, como el viento que acaricia las dunas. La versificación de Edkhil se aleja de la rima canónica para sumergirse en una libertad sutil, elegante, que recuerda las experimentaciones poéticas de los grandes modernistas, como Octavio Paz. En sus versos no hay espacio para lo innecesario, solo para la palabra precisa, para la metáfora que ilumina, para la imagen que se quiebra y resplandece al mismo tiempo.

Lo que distingue a Edkhil de otros poetas saharauis es su mirada: una mirada que no busca encontrar respuestas en lo externo, en el relato político o en las glorias perdidas, sino que se abisma en los rincones más insondables del ser, donde habitan el dolor, el amor, la incertidumbre. Es un poeta del «yo», pero un «yo» que no clama ni se define a través de lo colectivo, sino que se encuentra en un diálogo silencioso consigo mismo y con el universo. La libertad, el escepticismo, la soledad, el amor frustrado y la independencia de pensamiento son los hilos invisibles que tejen su obra, llevando al lector a un territorio donde la política, las fronteras y las ideologías se desvanecen, dejando solo la pura experiencia de existir.
A través de su formación literaria en el ámbito hispanohablante, Edkhil ha cultivado un conocimiento profundo de la poesía española, no como una influencia que limita, sino como una herramienta que le permite romper con los convencionalismos y dar rienda suelta a su voz única. Su dominio de la versificación es impecable, pero su verdadera fuerza radica en la capacidad de transformar la poesía en un acto de autenticidad absoluta. No necesita adornos ni artificios; su palabra es pura, transparente, y se mueve con la fluidez de un río que, lejos de ser contenido, se desplaza libremente por paisajes inexplorados.
Edkhil es un poeta maduro, sabio, que ha hecho de la poesía un acto de despojamiento. No hay en sus versos promesas de gloria ni llamados a la lucha. Solo hay un hombre que se enfrenta a las preguntas más fundamentales del ser humano con la serenidad de quien ha aprendido a no buscar respuestas, sino a vivir la pregunta misma. Por eso, su poesía tiene la densidad de la experiencia vivida y la ligereza de quien ha alcanzado, quizás, la sabiduría de la aceptación.
Es por todo esto que Bachir Edkhil no solo merece un lugar en la historia de la poesía saharaui, sino que su obra debería ocupar un espacio prominente en las antologías literarias internacionales. Porque su voz es única, porque su mirada trasciende las fronteras físicas y políticas, y porque su poesía se convierte en un faro para aquellos que buscan la verdad más allá de las narrativas impuestas. Edkhil no es solo el poeta de un pueblo, es el poeta de la humanidad, del alma desnuda que habita en todos nosotros.

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