Al parecer se ha hecho la pobre de todo (todo tipo de vertidos) en el transportín, no por intuir su final, sino por la reclusión en la pequeña celda, extirpada de su habitat, con hierba, árboles, insectos, zonas soleadas y sombras, y hasta hace un tiempo felicidad. Como dice XY ha sido una gatita magnífica, que nunca nos dio guerra ni veterinarios, solo al final, largo de limpiezas, y ella ya mecánica desmoronándose. La trajo Eguiar como reemplazante el mismo año que fue a Madrid a estudiar. Un cómputo de edad exacto. Por tanto, quien estuvo desde hace dos décadas ya no estará más. Como el vacío de Gauss.
Hube de ir a Algorta a cambiar de movil, el metro de Las
Arenas a Algorta (todo es Getxo) va por superficie, para poder ver mejor la lluvia, la neblina y el breve arco de superficie terraquea todo mojado. Mi juvenil antigua vida, de joven estás a otras cosas, no en una película de Ingmar Bergman (norte hostil), a ver tías buenas y a que retazos de cielo azul por algún lado rasgaran las nubes, que inundaban de alegria.
Por cierto, la foto de arriba es del oligopolio librero vasco Elkar, de Algorta. Iba a dejar el paraguas en los omnipresentes paragüeros y justo en la perspectiva, mi Athletic.
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