Intelectualismo poco antes de hacerlo explosionar. Y Baskenland
El intelectualismo es muy refrescante en pequeñas diócesis, luego ya deviene en ruido, en gorjeos y trinos de aves concertadas, todos enjaulados. Y se hace dificil ya prestar atención, y uno empieza a aburrirse de oírse a sí mismo y después a los demás, más, que es cuando hay que fracturar la reunión, reventarla con bromas, ausencia de seriedad, superficialidad, absurdos, sarcasmos e irreverencias. La gente se apunta rápidamente, porque no habían tenido en cuenta esa opción. La prueba es que nunca me han echado y al parecer no aburro. Lo sé.
Una vez en Getxo buscaré libros de Israel/Palestina y seguir llevando al ordenador todas las notas que he ido tomando, no pensaba que tantas en Cabopino, gracias a un grueso libro que compré. Que me daba ideas sobre lo que no ponía. Comprobé que lo que no sabía si podía salir, podía, una vez ya en Tenerife.
Y con ustedes: Lau Teilatu de Itoiz
No va a ser todo legítima defensa, demos oportunidad al amor sin correspondencia.
Y esta versión más mía, por ser en la Catedral (y el Athletic)
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