Tanto Gabriel Albiac como Fernando Savater conducen, tanto quieras como si no, es decir, inexorablemente, a Spinoza, lo que también ocurre con el libro de Albiac comprado en Teseo.
Ayer fuimos al mejor lugar de Puerto Banús, que es Hipercor (este gigantesco Corte Inglés). El niño quería coches, yo me adentraría brevemente en su librería y después com similar brevedad en el puerto. Cochazos, yatazos, y el contraste más vivo, en términos de entropia, lo ofrece el elemento muslim femenino y rigorista.
Lo que encontré es este libro de Milena Busquets, hija de Ester Tusquets, una sola letra las diferencia. Recién en Santa Cruz me había releido el que tengo, porque había visto bastantes videos de ella, me hace gracia y me cae simpática. Aunque es muy antiescritora para serlo ella tanto. Con esos orígens tan lastardos en la gauche divine tampoco se puede salir muy descastada. Es una escritora muy eficaz y su gran atributo es la reivindicación de la frivolidad, que hay que reivinidcar frente a serios, profundos y comprometidos, de los que hay que huir, huir siempre, según vendría a recomendar Spinoza
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