sábado, febrero 25, 2023

Un recorrido por Bilbao, el nacionalismo vasco nunca defrauda

Parte del recorrido, en el puente del Arenal que une el Casco Viejo con el Ensanche, marea baja
Bilbao la   Vieja, zona no turística, fama de canalla,  Soho local,  zona de gentrificación, quitando lo primero, y justito, nada parece
lo cierto es que fue una zona de delincuencia  y marginalidad. si querías tomarte vino en la zona  más lumpen de mi juventud, tenías que ir allí, ya no , algo canalla por la parroquia que tomaba el sol en una terraza, mientras libaban como abejas
más bien me recuerda  a un París no turístico con farmacia
En el Museo de Bellas Artes de Bilba0, cada vez menos espacio expositivo y en general, por la gigantesca remodelación. Cuadro de Ibarrola, de parecida época al que tiene mi hijo en Washington, heredado y regalado por mí.
La biblioteca  de Bidebarrieta de la que conservo el carnet y donde me leí las memorias de Pío Baroja con unción. Más vínculos: allí presenté Vasca Cultura de Altura: retorno estético a Oteiza e Ibarrola, una sala de palacio que se llenó gracias  a mi amigo ya ausente   Javi Vidorreta, que mañana haría mi edad y a la histórica sociedad liberal El Sitio, del que soy socio y fue su sede, libro que tuvo magnífica acogida por los intelectuales vascos y la librería del museo Reina Sofía de Madrid (10 a la vista). La biblioteca tiene varios  libros míos, descubrí hace meses, mira por dónde.
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El del busto es  John Adams uno  de los padres fundadores de la constitución de Estados Unidos, a  los pies de la Diputación de Vizcaya; que se habría llamado así desde la fundación de Bilbao y aun antes, no Bizkaia , como ahora. Neolengua orwelliana.
John Adams teniendo tantas escritos para destacar, lo está por una frase sobre las antiguas leyes y costumbres de Estados Unidos, Menos mal, a ver si iba a estar por igualitarismo y derechos de los ciudadanos, no de los territorios y las lenguas (nunca los hablantes)
Sobre el puente de San Antón. iglesia que figura en el escudo de la villa de Bilbao y en el de su equipo el athletic club.  E
l escaso fervor patriótico de la ciudad era tal que todos los nacionalistas y abertzales de mi mocedad cabíamos en la iglesia en la misa  reivindicativa en euskera de las 11 los domingos
Muchos miles de personas viven directamente del euskera, decenas o centenas de miles lo hacen indirectamente, muchos cientos de miles lo han aprendido sin sustracción posible al diktat, es requisito para el acceso a casi todos los empleos públicos, kilómetros de Bilbao recorridos y menos bares y restaurantes y ni una sola palabra en vascuence.
Cómo es posible.? lo conmovedor es que no es necesaria una teocracia para imponer una dogmática político administrativa, refutada por todas las constataciones empíricas (de fracaso y gasto, década a década), por no referirme a la historia, para mantenerse con mayor ahínco.
En 2004 unos amigos abogados canarios,  al de tres días en Bilbao contrastaron que no habían oído hablar  vascuence ni una sola vez.  Si a ello se une el busto de John Adams, el Guggenheim queda en postal turística, sepia por el transcurso agónico del tiempo.

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