Cuando me lo regaló XY no caí en la cuenta, que con una sudadera del Puente Colgante, por fuerza había de ser un turista o casi, un local difícilmente lo compraría. Pensé en mi nieto que le encantó el cruce de la ría, de manera que estas navidades rumbo a Tenerife desde Washington hicieron escala en Lisboa y preguntó si era Portugalete, que el cancionero popular así llama al Puente colgante, ahora Bizkaia.
Me pondré la sudadera en Tenerife, para darme un toque étnico y mitigar mi anti etnicismo tan acusado.
Mi casa de Getxo es muy pequeña y lo es muchísimo más comparada con la de Tenerife, donde tengo estudio de lectura, otro de escritura, mi biblioteca, ex despacho de Sr advocat y en fin.
De otro lado radica en un lugar privilegiado signado por el paisaje y un ambiente nada étnico, menos aún que el de Bilbao. Debería estar todo el día en la calle, pues ocurre lo contrario, no salgo apenas para nada, me dedico solo a embrutecerme de lectura y escritura. Viene a ser mi celda a lo Sor Juana Inés de la Cruz, leí el libro de Octavio Paz y ahora sigo con Enrique Krauze, pienso deglutir sus más de 700 páginas, un heroísmo que podré sobrellevar.
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