He empezado a mandar mi último libro a amigos y conocidos marroquíes, inquietos, curiosos, interesados por la política, (los hispanos suelen ser más tipo progre estándar, de opinión coral), todavía me faltan a quienes mandar, no son muchos, de paso he metido por ejemplo mis libros de Tánger para aprovechar los fletes de DHL, que debieran dar para meter hasta ganado vacuno. Porque no estoy en Argentina, si no la han gastado/comido con los asados-mundi del Mundial, aquel rapto colectivo de fin del mundo, que ya lo enunciaba Karl Krauss en Viena, sin haber llegado a verles.
Tengo la suerte de que mis libros solo pueden interesar a muy poca gente, por eso nada más alejado de mí que las concesiones, o el perfil bajo o de costado. Por lo que trato de esmerarme en la escritura. Todo lo contrario ocurre en prensa, también ajeno a la contribución o apoyo de alguna solución, tampoco busco denunciar (los denunciantes siempre están proponiendo o sugeriendo soluciones: no los soporto), sino desmontar, desengañar, erosionar tesis u opiniones en boga (motivadamente).
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