miércoles, marzo 31, 2021

Yo viví Tánger en Bilbao de niño

Este es el Colegio Alemán de Bilbao, que yo lo inauguré solo unos pocos años después  de la independencia de Marruecos con Tánger incluido. Que es lo que suele pasar y con todas las consecuencias. Estuve desde los 4 (Kindergarten) a los 12 años en que nos echaron. De allí fui a los jesuitas.
En el Colegio alemán que era  y es así de bonito, había una iglesia  católica (el cilindro de casi el centro de la foto) y una capilla protestante. Los españoles y algunos alemanes íbamos, muy poco, a la pequeña iglesia católica y otros compañeros alemanes iban a la capilla protestante, y podías ver por primera vez un pastor luterano,   Era ya un colegio mixto por lo que desde los 4 años estabas con chicas en clase  y te sentabas mezclado. Fuera de clase no existían las reglas, ninguna, ibas y venías  a tu gusto, se celebraba el adviento, se buscaban  los huevos de pascua  y veías a niños alemanes y, menos, españoles venir de casa con sus violines porque tomaban clases en el colegio. Y no tocaban la copla española, como hubieran pensado en Tánger.
En el colegio de los jesuitas   desapareció todo rastro de mujeres, todos éramos tíos, estaba lleno de curas y todo se hacía en formación . Para subir a clase te ponías en fila en el patio, subías  en fila las escaleras y  entrabas  en clase en fila. Para ir todos los días a misa también  en formación como el rosario  a  las tardes. Todos éramos españoles, chicos y católicos y muy disciplinados. Todo lo contrario que en el Colegio Alemán, En Bilbao aparte del colegio alemán estaba el francés  y el inglés en mi época.
Mi cambio de colegio también fue de pasar del color al blanco y negro, y siempre lo he contado así. Como Antonio Escohotado lo cuente referido a cuando de adolescente vino a España desde Brasil. al parecer no pasaba solo con Tánger. Que no se tambalee el mito, las encendidas loas al más extraordinario lugar en quiasma sacral con la nave del periodo histórico irrebasable, porque yo fui al colegio alemán y vale.
Supongo que a los 13 años vi las primeras revistas pornográficas, y a los 14 o 15  años íbamos del Colegio de los jesuitas de Bilbao a la Palanca, el barrio de putas  (varias calles con bares seguidos) a que el corazón estallara en el pecho. Curiosamente el corazón, de lo fuerte e impresionante  que era aquel mundo, y no el pene (más destinado)- Y también sabías ya  que había chaperos en el parque. Mediada la década de lo 6O , gracias a un amigo oíamos a Beatles y Rolling con la caratula inglesa, casi Tánger

Convaleciente aún y lo que te rondaré morena,  ayer protegiéndome de Hermano, que forzó una visita

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