Cuando vengas te vamos a llevar a un restaurante vasco buenísimo. No pienso ir a ningún sitio vasco. Ni excelso ni pérfido. Di un giro vasco de 180 º en mi vida. Y a partir de los 90 º pasé de trasterrado a renegado y de antivasco a exvasco.
Esta mediodía en el "Madrid" de la plaza Cairasco, Las Palmas de Gran Canaria. No había un solo progre, por tanto ni atisbo de singularidad y grandeza moral, ni de sus evangelizadores. Sin progres se gana todo en laicicidad. El que no veas a nadie que quiera servirte de ejemplo moral te alegra las cervezas. Ahí había ese riesgo
Este es uno (ayer cena, hoy comida) pero en la calle Cano , a 100 metros hay otro. Pasamos el martes por fuera del otro -no recuerdo el nombre, pero vasco moderado, mismo dueño y unas vaharadas me hicieron proclamar: vamos a este -en la calle las mesas ocupados. El camarero de Santander, y el dueño de Bilbao. -Pues yo también soy de allí o fui, no sé- Me duele confesarlo pero el olor a gran cocina, me percaté después, era el de la cocina vasca.
El miércoles me quedé en Las Palmas y volví al otro , o sea al primero, y le conocí al bilbaino, que había llevado la casa vasca, el Aterpe alai. Inevitablemente me puse vasco perdido. Le interrogué- de Bilbao, ¿de dónde?
Tengo allí a mis hermanos y no se qué...-
Mi respuesta- yo no voy para nada
Puestos vascos hasta el cuello- Oye, no le conocerás a....
- Jode, sí hombre... ese trabajaba....
Con los vascos diaspóricos me llevo bien, con los únicos , al resto los evito. Sigo siendo amigo de los de muy larga data en Tenerife. Con este pues la pulsión vasca, familiaridad, tribalismo, trivialidad, superación de la divisoria privado/ público, extendemos lo privado a lo público.
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