Megabiografía de Habermas y como extangerino era obligado: Burroughs en El almuerzo desnudo. He tenido mala conciencia, no me he leído la única obra, quitando Bowles, que los norteamericanos escribieron sobre Tánger. Ahora ocupado por hispanos, no norteamericanos
Mala conciencia, podía haberme dicho y así sustraído, ya a buenas horas, todavía lo puede hacer , la disertación añadida sobre drogas me la he ido saltando, primero a brincos y después a pértiga.
Por lo que veo en la red -los sustos paleontológicos que me da, de paleoizquierdismo de agitación y adhesión, me ha inducido a colgar a Habermas y haber titulado "Pero qué izquierda que no ha leído a Habermas", ay, los núcleo de unanimidades viscerales maldisimuladas.
En la Gran librería he hecho lo de siempre, preguntar por dos vascongados profesorales. Uno de ellos filósofo también radical , muy amigo mío pero con la amistad simplemente suspendida desde hace 9 años. Le provoco y entra, me río y no puede salir, decidió no verme. Los dos son guipuzcoanos, este cuando llegaba al Bilbao (aeropuerto, me mandaba un correo `provocador) Y si el país vascofrancés una postal étnica. sabiendo que soy un renegado
Me dice el de la GL: ha venido a despedirse
- ¿a donde iba?
- a donde iba ir, al País Vasco
- no, al País Vasco no va, todavía no, sino a Burgos, no sabes que es medio vasco- Yo entero pero renegado: ni pisar.
Al otro vascongado le presté un libro de Carlos Blanco Aguinaga eminencia literaria de Harvard, hijo de exiliados de Irún, como lo es él (solo de Irun).
y le advertí-
-el libro este me lo tienes que devolver
-sí, sí claro
- te lo digo en serio
Me lo encuentro de pascuas a ramos,
-el libro qué?
-Ya te lo daré
-Sí ¿cuándo?
Amistó con XY, pídele el libro le repetía-
La última vez, en el avión viene tan feliz a saludarnos. ¡El libro! Llegamos a la terminal, le voy gritando para que oiga la gente "eres un ladrón, más que ladrón - y más bajo- devuélveme libro". Y no para de reírse
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