Estaba en el coche a la entrada de Hospiten mientras esperaba que sacaran la silla de ruedas, observando como metían a una señora como podían en un taxi. Contemplaba la escena sin interés cuando P., una Sra. advocat, esposa de otro Sr Advocat, se fija en mí, tras la luna, posibles reflejos, 10 años por medio y me saluda toda contenta y cariñosa. Tuve muchas y buenas amistades entre los señores advocats y jueces y juezas de la jurisdicción social.
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