lunes, febrero 10, 2025

El abrupto desembarco en la vejez, cada cual tiene su umbral

Me dolía tanto el brazo derecho que lo dí por perdido, fue hace ya muchos años. Fui al Centro de Salud   y me miró la doctora Ana R.
- Te voy a pedir una analítica
- No me pienso hacer ninguna analítica- como me conoce se rió-
-Bueno, pues entonces una placa.
-Tampoco me pienso hacer ninguna placa
-Entonces qué hacemos- se puso burlona y en jarras
-Yo te digo donde tenía el brazo y los detalles que quieras y tú haces el diagnóstico, como el médico al que me llevaba mi madre, que solo me hacía sacar la lengua y me pasaba  el fonendo, y siempre me curaba-
Me puso unas pastillas de las que pronto me quité y de forma natural recobré el brazo ya sin ningún dolor
La primera analítica me la hicieron con 23 años y la siguiente a los 68. Si me hubiera avenido a la doctora Ana R. no podría ostentar esa marca: casi medio siglo sin noticia de mi interior, lo que no tiene precio.
Esta semana que son la de nuestros "cumple", creo que médicos todos los días. Y no me voy a librar de la cirugía, descartadas todas las malignidades, aunque no pueda casi andar, muy, muy comprimido el nervio de la estendosis de canal.  No me esparaba nada de espalda,  soy ancho y nadé y remé mucho, ni de las piernas, que he caminado toda mi vida como un demente, muchas veces compelido por la angustia y otras tantas por puro vicio y energía sobrante.

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