A mi me pilla con un libro sobre el Athletic. No lo digo en ese libro, aunque sí en el otro: este
Mi desafección del Athletic -por lo que veo no fui el único- fue por su partidismo nacionalista y de apoyo pasivo, pero lleno de significación, al terrorismo. En San Mamés nunca se guardó un minuto de silencio por las víctimas, ni de asesinatos colectivos, ni siquiera con el asesinato retrasmitido de Miguel Ángel Blanco. Como tampoco ha habido un sólo jugador que alguna vez siquiera armara una mueca, mostrando un milímetro de distanciamiento. Pertinente aquí este otro libro que se subtitula. "Unanimidades y culto monoteista"
Así como el exportero del Athletic, Iribar. y ahora alto cargo del equipo, con estatua en la explanada de San Mamés, se hartó de dar la mano a Franco y llevar feliz la camiseta de la selección española, como el alpinista Martín Zabaleta, esperó a la llegada de la democracia para revocarse y purificarse. Zabaleta se hizo etarra en el Everest (por si acaso), ya incluso un lustro después de muerto Franco. E Iribar, el saludador de Franco, cuando se produjo el golpe de Estado del 23/f de 1981, sin esperar el discurrir de acontecimientos puso pies en polvorosa escapando por mar a Francia, pero al estropeárseles el motor tuvo que ser la Guardia Civil los que les rescataran, y trajeran a puerto.
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