martes, abril 30, 2024

El Día (Tenerife). Pobrismo, la alternativa de progreso

Opinión

Pobrismo, la alternativa de progreso


La manifestación contra el turismo masivo en Canarias me pilló fuera, pero sé de su asistencia, toma aérea, de sus variadas razones, un sarpullido que podrían anularse en parte entre sí y subsecuente fascismo rampante (modalidad izquierdista, dominante hoy) que hace escraches en el domicilio del presidente de Canarias. He podido leer algo que es una constante, que no se articulan medidas subsiguientes y no se discuten ningún tipo de solución o alternativas. Lo que al final es como una rogatoria o ritual del pensamiento mágico; la omnipotencia de la voluntad o del mero acto volitivo de comunión.

Sin dejar de dar importancia a esos extremos, vemos ciertas regularidades que son más hondas. Uno, en su airada juventud, profesó el marxismo y, con base en él, la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y relaciones de producción, ligando el progreso al desarrollo material (industrial: URSS, China) y liberación de la conciencia alienada. Que podría sumarse otra antinomia ya entre universalismo (derivada del internacionalismo) y tribalismo. Por tanto, se ve con previsión la sistemática oposición de sectores de Canarias a todo lo que tenga que ver con el progreso, el desarrollo material, la riqueza, la mejora de la vida de las personas, el universalismo (compatible con ecotasas). Personas que no son evidentemente paisajistas, ni tampoco Pedro García Cabrera con su canto y anteposición de la geografía a la historia. Podría muy bien editarse un catálogo de condenas de todas las iniciativas populares que invariablemente supongan una alteración cualquiera en el paisaje para generar mayor riqueza y progreso: Instalaciones productivas, puertos y aeropuertos o la sola posibilidad de anillos insulares o de ciudades, trenes, ampliación de carriles. No hay razones oponibles a la quietud, el conservacionismo conservador, per se y esencialista, su inmovilismo como ninguna la inteligencia puesta en la conjugación de intereses. Dejando siempre a salvo el mayor agente de degradación que es la proliferación de la autoconstrucción masiva. Baste mirar el valle de La Orotava arrasado. El conservadurismo también se hace fuerte en el dogmatismo y la creencia de sustrato religioso o mítico, como en rituales para exorcizar todo lo que suponga riesgo, alteración, movilidad, porque no hay ninguna continuidad racional en propuestas o discusión de soluciones. Es como se manifiesta el «Pueblo» más inerme. Con el principio de irresponsabilidad de las víctimas, en acto o potencia, deseadas. Se quiere todo, se da por caído del cielo la continuidad del bienestar comparativamente antes desconocido. El pobrismo es una teoría social y política que asegura un estado esencialmente igualitarista, como muchas sectas antiguas, que compensa la falta de desarrollo y la pobreza con la fraternidad tribal, y el útero.

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