Nuestro inmenso Fer, "hombre con (mucha) biografía" y mucha honda pérdida, y mi padre, con el que llegué a llevarme muy bien, pues sí.
Tres Lizundia consecutivos, ahora con un solo reemplazo ¿o dos? mantenemos la correlación de edades.
Es Lizundia Artazu, las fotos son de Carlos Gaviño de Franchy, como las de mi hijo acabante de nacer. Por lo que ya yo he visto (imitando un poco más) se da una relación más especial cuando conoces a los padres de amigos tuyos: Carlos estuvo con nosotros en verano en Mundaka, y en Las Arenas, y otra vez con todas las paternidades en el Club Náutico de Tenerife donde Carlos tuvo a bien donarnos uno de sus múltiples raptos de gloria.
Karmele Zamalloa Rotaetxe, todos de estirpe Rh - o del que digan los manuales se es
Siempre agradeceré a mis padres no haber tenido ni una sola conversación seria, profunda, pedagógica, con ninguno de los dos, dios me libre, tampoco nos dijimos "te quiero" y no digamos "te amo" (se me ponen los pelos como escarpias solo escribirlo), siempre me dejaron en paz, aunque yo estuviera para ser intervenido, de lo que fuera, pero intervenido, que es lo que los padres deben hacer con sus hijos (no hablar). Mi madre tenía el aliciente que odiaba las cosas no ligeras de la vida, por lo que siempre, si no fuera por el "neurovegetativo", estaba contenta, le gustaba hablar mucho, la gente, las amigas a diario, la televisión, la revista HOLA. Me caía muy bien. Solo hablábamos de otros, allegados o famosos.
la de la izquierda es Maud Westerdahl, artista, icono, ex de Westerdahl y de Oscar Dominguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario