jueves, abril 16, 2020

En el filo del pandemonium estuvo en casa un amigo

Ya en el filo del pandemonium estuvo en casa un amigo escritor marroquí, para las presentaciones de la colección, y me preguntaba: tú dónde trabajas o cuándo, y yo le decía, no solo no trabajo sino que no hago nada, cero, el vacío (uts en baskisch) del escultor Oteiza o Chillida, igual de puro. Entonces intervenía XY y argüía
-No le hagas caso, escribe una columna y...
- No hago nada, si queréis  vamos a la Seguridad Social y consultamos, que nos den un certificado, a ver cuánto hago yo.
- No sabes, tampoco tiene amigos -- nuestro amigo reía y emitía: Ya entiendo
- Ya no tengo amigos, solo enemigos de clase, que me los he buscado yo, nadie me los ha conseguido. Los amigos, para un ex-vasco es un acompañamiento vital, le salen como setas, librarse de ellos es más difícil
-Le falta decir que tampoco lee, que es otra de las suyas
-Una cosa es que esté con libros y otra que lea, Con el tacto no se lee, ¿o tú sí,? bueno, con el Braille sí.
Este preliminar para anunciar que, ahora si, ya camino 6 km cada día, con animus obcecandi (para caso que el sintagma latinajo sea dable) puedo dar 56 pasos hasta dar la vuelta, y luego un montón de largos hasta llegar a una hora,  y sudar, he retomado lo que mas he hecho en mi vida, caminar, de joven tenia un potencial de arranque como los Formuial 1 ¿carburante? ansiedad y angustia aunque en una proporción algo menor, como de menos octanos ¿bien?

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