Fue una noche chispeante, había todos los ingredientes para que fuera así. Un lunes de carnaval era imposible quedar en Los Reunidos, por lo que a Rosita se le ocurrió hacerlo en su casa. Habíamos barajado el Callejón de Gaza. No creo que durante todo el 2015 hayamos ido una sola vez al Parra. El lunes anterior nos conjuramos para poner fin a esa situación.
La casa de Ifara tiene muchísima historia, que rememoramos. Curiosamente en los lances más legendarios, porque son imborrables incluso conocidos de referencia, no estuvimos. En aquellos lances participaron gente, amigos/as que ya no están. Muertos en combate. Creo que fue una de las zonas más barcelonesas (setentera) de la ciudad.
Mi hermano no llevó a su golem Atroz. Rosita que no tiene un beber fraterno y conciliador, la tomó una vez más con Atroz (el golem), profiriendo injurias contra él. Pero le tenía reservado otra sorpresa: el tercer regalo en 15 días. Esta vez un chaleco que es como acolchado sin mangas, con su bolsa de boutique. (Como el que se que ve en la foto). Él se apersonó con su botella del palacio de Liria, como si fuera el duque de Alba. O un clochard.
Todos somos muy cosmopolitas, aunque los más de todo se hicieron unos join. Los Reunidos duró hasta las tres, hubo algunos ausentes que se lo perdieron.
Hoy he recibido un correo felicitándome por mí artículo sobre Camus, y haciéndome unas acertadas precisiones sobre Raymond Aron. Es de alguien al que admiro mucho (al parecer nos admiramos, lo pongo porque para mí es un orgullo). Termina deseando que siga impartiendo luz, que proviniendo de alguien que realmente lo hace con verdadero y justo éxito, no puedo estar más satisfecho. Sin duda, he aprovechado y aprovecho la vida. He viajado por el gran arco del mundo de las ideas y creencias Yo sí he conocido muchos mundos, y los que descubrí tardíamente, con similar alborozo y gratitud que los primeros.
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