lunes, febrero 22, 2016

Nuevo comienzo, burbuja de inocencia y el Sáhara


Una semana interesante, remití por fin mi libro a la editorial y quedé muy contento. Tengo una serie de incidencias profesionales que me entretienen bastante, y yo me las tomo como campos de lucha, se podría decir política o, más bien, ideológica. Lo que para otra persona en mi situación sólo sería un asunto personal, para mi no lo es. Soy capaz de politizar lo personal ya que tiene su vertiente profesional y pública, además de política -no pertenezco a ningún partido y no me interesa nada la lucha política, ni siquiera hablar de ella-, en el sentido de hacer un uso táctico y estratégico de mis oportunidades. Ya que hago algo que de otro modo jamás lo hubiera hecho, por lo menos que cunda. Es decir que sus posibles efectos me desborden y dejando de ser míos, participen del avance de las sociedades y sus instituciones, de la crítica, la  responsabilidad y control de los sindicatos. Nunca soy yo el único protagonista, no soy el único concernido. De mi época de marxista conservo la idea de poder influir en la sociedad y en sus valores, desplegando una lucha ideológica.
Si yo escribiera testimonio no haría ensayos, y si hago ensayo es porque el testimonio mío es insuficiente y pretendo influir: Basta con decir lo que no se ha dicho.
Dentro de poco revelaré el título de mi libro sobre sindicalismo y laboralismo. Quién le iba a decir a la USO que estos temas pasaran por un sindicato minoritario, que iba a ser campo  de pruebas. El ser minoritario favorece el análisis y la maraña burocrática ofrece mucha más visibilidad, descripción y análisis .
Pero a la vez sin descuidar en absoluto mi actividad y mi vida.
¿Alguién es capaz de calibrar el efecto que tendría que los sindicatos tuvieran que rendir cuentas de su propia actividad, que estuvierna incursos en reponsabilidad civil, como cualquier entidad o empresa? Los sindicatos no reconocen ni la responsabilidad objetiva ni subjetiva. Es un mundo portentoso. La gran burbuja de la inocencia, se sacuden aquellas con los seguros de los abogados.
Gracias a mi hijo el post de abajo fue visto por prestigiosos intelectuales y bastante gente.
Me puse a leer el último libro (he leído tres) de Pablo-Ignacio Dalmases sobre la literatura en el Sáhara, y por la mitad, ya me había procurado un cuaderno usado para tomar notas. Algunas ideas suyas ya me han dado para un capítulo. Así se comienza. Ya sabes que la maquinaria se ha puesto en marcha. Lo que no me pasa con la literatura canaria, que no sé por donde continuar. Ni que leer. Antes de eso hay que encontrar libros.




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