domingo, abril 13, 2014

Dostoievski apostilla a Nietzsche


La posmodernidad nació en el arte y en concreto en la arquitectura a finales de los 70. El arte deja de avanzar con nuevas tendencias o movimientos,  retrocede y toma citas anteriores, estilos pasados, los mezcla, deja de creer en la idea de vanguardia artística.
A la posmodernidad se le opone por detrás la Ilustración con sus valores universales y emancipatorios

Nietzsche proclamó aquello de que “Dios ha muerto”. Dostoievski: “si Dios ha muerto todo está permitido”. El nazismo y el comunismo se lo demostraron cumplidamente.  Así terminamos  nuestro encuentro en el Oliver la tertulia Mákaros. Antes de la cena en el bar hablamos sobre el arraigo (o anclaje) de la moral en la religión. Las enunciaciones éticas laicas son volitivas y teóricas, ¿qué es el imperativo categórico kantiano? Pues eso, un imperativo externo, una exhortación o una estimación. El tema es la vinculación personal y moral  del imperativo, no un ideal al que aspirar.
El libro para leer fue Antropología metafísica de Julián Marías, un libro de 1969 que queda caduco. Como mi hermano. La antropología en aquellos años era una ciencia y con Levi Strauss se inscribía en el estructuralismo en boga. En cuanto a la metafísica, estaba completamente derogada, como depuesto el sujeto o el yo. Heidegger canceló solemnemente la metafísica aunque desde otra metafísica (el yo por el ente). La metafísica fue desmantelada además  por Nietzsche y Wittgenstein y el giro lingüístico del Círculo de Praga, la filosofía del lenguaje, la analítica y por todo el estructuralismo francés que termina en el posestructuralismo y la deconstrucción que son  los que  consiguen interpretar nuestra cultura, nuestro mundo a  partir de los 70 del siglo pasado. El objeto de la verdad  y el logos pasa a ser el del discurso, las narrativas. Con el sujeto han caído los grandes relatos de legitimación (el marxismo, la religión y todas aquellas comprensiones totalizadoras, holísticas).
El logofonocentrsimo frente al palimpsesto de las escrituras sucesivas de Derrida, y las genealogías  y los micro poderes de Foucault señalan a un único autor  del logos:  HOMBRE- BLANCO- OCCIDENTAL-  HETEROSEXUAL. El es quién ha acuñado las sucesivas ideas de  verdad, de  legitimidad, la centralidad de una visión del mundo que pasa a  tratarse de un discurso, SU discurso.
Ahora lo que interesa, concluye la posmodernidad, es que afloren las periferias tapadas, que son MUJERES, NEGROS y otras razas, HOMOSEXUALES, las poblaciones de los países COLONIZADOS. Pero quienes han colonizado los departamentos de  humanidades de las universidades americanas son los franceses Deleuze, Guatari, Foucault, Derrida, Braudillard, Lyotard… En las que se han hecho fuertes los estudios de los colonizados, gays, mujeres, negros y otras etnias.
Me cabe el mérito de que el viernes logré que Mákaros cruzara el Rubicón, o de  guiarles a la tierra prometida de nuestra época: La posmodernidad y conocer así nuestra cultura, los fenómenos de nuestro tiempo y  de paso del origen del relativismo cultural. La ausencia de verdades fuertes.
Me interesa la posmodernidad porque es conocer y entender nuestro mundo. No soy posmoderno , porque me opongo al relativismo cultural y creo en verdades fuertes, diré más, indiscutibles: Derechos humanos, libertad y justicia, los fundamentos   de las sociedades abiertas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya veo que nos llevó a su ring particular; encajaremos sus golpes intelectuales además nos regalará con seguridad su visión cósmica de la boda globalizada en Gil's City.

La próxima tertulia promete.

Dios ha muerto-el hombre a muerto; buenas frases publicitarios para vender ideas en caso del sifilítico Nietzche o libros en caso de los filósofos gabachos, pero... los muertos que vos matasteis bien vivos están.


¡Ah! Y me disculpo por ser blanco, europeo y heterosexual que aunque sólo sea por razones estadísticas es más normal que ser blanco, francés y postmoderno. Que lo de homosexual ya se presupone en la suma blanco+francés+postmoderno.


Salu2 EDH

José María Lizundia Zamalloa dijo...

la influencia que han tenido esos franceses ha sido enorme en el modo de vida, moral y cultura de esta época, como en la creación y crítica literaria,en los estudios y debates universitarios, etc
A la vez son los que han sabido interpretar las características de esta época multicultural, policéntrica, relativista, de pensamiento débil, esteticista, superficial

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, el conocimiento de los estructuralistas nos permite comprender este mundo inane y zapateri, ellos son los creadores y los interpretadores

igualmente marx marcó una época, el marxismo acabo quizás cómo dijo ¿Fukuyama? Porque el comunismo es contrario a la naturaleza humana
Hoy rendimos admiración a los que lo supieron ver mientras las elites intelectuales iban de marxistas

¿Pasará lo mismo con los post modernos?

Saludos edh

José María Lizundia Zamalloa dijo...

El estructuralismo minó las bases epistemológicas del marxismo, pero la posmodernidad que es al cultura a la que contribuye, es obra también de los Nuevos filósofos, también franceses como Bernard Henry-Levi y André Glücksman, estos ya van directos contra el Gulag, Stalin y el marxismo.
Lo que no consiguieron Raymond Aron y André Camus, que padecieron el ostracismo y el desdén de la intelectualidad, universidad, periodismo francés... lo consiguieron los Nuevos Filósofos, gracias a la labor de zapa previa de estructuralistas y deconstructivistas