Ayer sufrí dos percances. Me quedé sin coche (por no apagar las luces) y sin ordenador (cuestión vírica, caducado el antivirus). La falta de coche tuvo serias consecuencias: 5 taxis por la mañana (tarde, coche prestado), una mañana movidita; la tarde fue benigna.
Un amigo me ha traído recién el ordenador arreglado y ya no funciona -vedado google-, quería seguir corrigiendo las correcciones de mi libro y tampoco es accesible el correo, ya solo poseo un instrumento de trabajo. Estoy en otro ordenador donde me acaba de desaparecer este post, que ahora rehago.
Los 5 taxis de ayer por la mañana darán una idea de este sin vivir en otro que me aqueja. Mis tareas son de peonaje de cuello blanco.
No obstante, lejos de ser presa de la esclavitud y abismarme al gran foso de la indolencia residual, leo libros que incluso termino. Esta tarde, el del expresidente de Mauritania: 700 páginas. Algo heroico, sin duda.
Sigo con Homenaje a Cataluña y los escritos sobre la Guerra Civil de George Orwell. Otro libro imprescindible no leído. De eso que se libraron los progres -hubiera transcrito sus frases- que, inexplicablemente, me leían en prensa.
No encuentro nada del Sáhara que no tenga, ni tampoco de Marruecos, por lo que he tenido que subir para arriba hasta llegar a Al Ándalus. El sábado en Agapea escruté unos 15 metros de lomos de libros sin el resultado pretendido. Fue así como me topé con los más próximo: Al Ándalus. De berberiscos a moriscos, de almorávides a mudéjares, de las jaimas al romance aljamiado.
El viernes pasado en Termini, Kamenev habló del romance aljamiado y del persa con grafía árabe, pues resulta que el libro de donde sacó esa información tan confidencialmente culta, es uno de los que compré. Ya los he leído, eran de lomo fibroso.
En el devenir a veces paroxístico de mi actividad he decidido precipitarme al ejercicio físico: pisos y pesas. Me subo los dos pisos -rapidito- del complejo, 32 escalones 20 o 25 veces.
Realizo a simultaneo una actividad que siempre he reputado vergonzosa y despreciable: el estudio del inglés. Olvidé lo que sabía de joven, tan solo recordaba algún título de canciones de los Beatles.
He de compaginar este activismo con otros intereses; durante esas ejecuciones, si se me ocurre algo sobre literatura tomo notas en el despacho, si sobre el Sáhara there up at the writting studio.
Ocurre que dentro de poco más de dos meses disfrutaré de una breve estadía en Miami.
Y en Miami no pintas nada si no eres bilingüe
1 comentario:
Si te interesa el español aljamiado y Al Ándalus deberías conocer este libro:
http://www.agapea.com/libros/LOS-OTROS-ESPAnOLES-9788427030091-i.htm
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