En mi Bilbao de mocedad (como el título de Unamuno) imperaba mucho el classicismus a-literario. Del buen vestir, influencia siempre british. Bien que era bueno, jerseys sethland, trincheras casi blancas, neutras, que me daban espasmos, con el cinturon fijado en la parte de atrás y las zapatiestas relucientes, chaquetas azules/ blazer y pantalones de franela y llegado hasta aqui se ofuscan mis menguados concimientos de ropa. Y si hubiera ocurrido que a uno colegios de los que fui, prescribía ese uniforme...
Para mi Bilbao, el centro, tenía dos estratos (subclases) sociales y dos formas de vestir, un pijerío más cuidado. La frontera (die Grenze) era la Gran Vía, de ella al sur o para Artxanda, lo que era Abando, era más distinguido, y conectaban (amistaban) con Las Arenas -Neguri (Getxo ni existía). Y de la Gran Vía para el norte, es decir al Pagasarri lo que sería Indautxu-Pozas (mi zona y merodeos), era clase media (acomodada) a secas, huérfanos de los anteriores contactos. Éramos la tercera potencia en los telediarios de las bolsas de España.La primera vez que estuve en Londres, años 80, de la City cruzamos el Támesis, y parecían en los pubs todos absolutamente bilbainos, porque estaban uniformados de ellos, y encima bebiendo sin parar (pintas) y al mediodía laborable. No podía dar crédito, chaqueta-blazer azul oscuro, pantalones de franela grises, camisa blanca y corbatas bicolor. Pero hablaban inglés y habían sido imperio.
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