Cuando la independencia de Marruecos en 1956 con el rey Mohamed V, el estado naciente reconocerá el pluralismo político. Lo que es una excepción radical en el continente. No era el típico frente de liberación que impone un régimen único como era lo común en ese ámbito geográfico político. Por tanto, el pluralismo está en la génesis del Estado independiente, de lo que dará abundantes muestras, sin apartarse de la tradición, la historia, su cultura. Tras la guerra de la independencia de Israel, la Liga Árabe acuerda la expulsión de los árabes judíos de los países que la componen. Las cifras son concluyentes, si esa guerra determina la huida lógica, más que expulsiones, de los árabes de Palestina, la Nakba (catástrofe), que son 750.000 palestinos; la réplica, son los 850.000 árabes judíos que han de abandonar esos países, acordada por la Liga Árabe, a la que todavía no puede pertenecer Marruecos. Hay países hoy día sin un solo judío. Marruecos volverá a ser la excepción, donde viven casi 4.000 judíos, disponiendo de sus propios tribunales rabínicos.
En 2011, una enmienda constitucional consagra la herencia cultural y social judía de Marruecos. Otra vez la excepción marroquí, es el único país árabe y musulmán que lo reconoce. Al comienzo de la II Guerra mundial, el Gobierno de Vichy, del que depende entonces el protectorado, exige del sultán Mohamed V que informe de los judíos marroquíes para su deportación. A lo que contesta: “En Marruecos sólo hay marroquíes”. Y si quieren que lleven la estrella de David, que manden 50 más para la Familia Real. Israel lo reconoce y recoge: Mohamed V salvó la vida de 250.000 judíos marroquíes. Hay más historia judeo-marroquí que la que ensalzan/exaltan los (ex) Conjurados de Tánger: jaquetía y librería.
José María Lizundia 10 DIC 2024 7:00
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