sábado, septiembre 02, 2023

Como ante un himno nacional, con la luna llena azul y sonrisa Monna Lisa

 Ya en casa de Tenerife, atrás quedaron 28 dias fuera, repartidos entre Las Arenas Getxo (Las Vegas del aburrimiento, previsibilidad y mismidad de las cosas, como "ente" y como "ser") y Cabopino (municipalidad Mahhbella), la Salt Lake City del turismo, cosmopolitimo, Melting Pot y el hedonismo. Y el paisaje de azules verdes y blancos armoniosamnete relacionados,  pintados impresionistas.
                     
Visita de despedida obligada a Dabruno, cuando nos acercábamos con el coche Arun gritaba "Dabruno", Bruno a secas es una locomotora de dibujos animados a la que ha cambiado el nombre
Mirábamos desde el chiringuito de playa La Lonja donde en los atardeceres nos hacíamo fuerte. La luna llena azul y riente, al menos con nosotros. Desde Dallas Krishna nos advirtió que había que ver a la luna y formular un deseo.
                           
Quedamos de Despedida  hasta el final Al, Serena, XY y su -en ningún caso- seguro servidor, o depende o según. Nos echaron del de la playa. Ya La Lonja es un melting pot, negros, hispano americanos y uno con trazas de andalusí. Los manteros tenían caché con los del la bar, hablábamos mucho con ellos.
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Desde el cierre de la Lonja hasta el muelles los 4 nos entrelazamos y miramos a la luna como un equipo de fútbol cuando suena el himno nacional y nos fuimos al Albert den la marina puertito/entrante de Cabopino. Música en directo anglosajona, superguay. También nos voltearon por cierre. Aquí el Melting Pot era más restringido, más Espacio Schengen, el argentino Gabriel Ignacio (obviamente tambien etrusco evolucionado a más labia, o sea, doble) y un checo, con los que llegué a confraternizar

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