Mundaka
Aunque esté mal el decirlo, mi simpatía y
dominio del medio es mayor que el de mi hermana, en lo que siempre ha
despuntado. Aquí los lances de barra y
bar requieren mucha mejor esgrima que en Tenerife, surgen más dificultades, por
lo que se hacen más atractivos esos lances. Los vascongados siguen siendo
vascongados. Es importante jugar con las interpretaciones, los tiempos,
quiebros, guiños, captación sutil del otro, luego ya todo marcha, antes se han
dado elevaciones, picos de sierra.
El
jueves en la playa de Ereaga le estuve hablando a mi hermana de mi hermano y del grillo, se partía de risa. La
última vez que estuvieron ella y Arantza, dos días seguidos con Rosita y fer,
que no recuerdan a ver presenciados dos actuaciones conjuntas de ellos dos, tan
imborrables. Que la mayoría de la gente no ha presenciado momentos tan
estelares de nadie. De ahí nos pasamos a dos viejos amigos míos, dos verdaderos
ligones y muy golfos, dos estrellas del sexo y la demasía, cuando eran bienes
muy escasos. Le cuento a mi hermana algunas aventuras de ellos que no sabía.
Una
sudamericana en el bar donde íbamos a comer: Hombre, ya has vuelto de Tenerife.
¡Pero bueno! Entra mi hermana al bar y me dice: ahí viene tu hermana. Anteayer
en el pub de la buena música y vacío, con el poco pincelado dueño: lo mismo,
donde terminamos tomando un gin tonic. Un aldeano redneck muy americano. Podía
ser un pastor country vasco de Idaho.
Tanto
dejar las llaves, que me vine sin ellas, menos mal que finalmente me encontré a
Aitor y me ha dado un juego.
Ayer
noche con Arantza en Bilbao. Ya no me siento bilbaíno –es evidente que llevo
décadas fuera-, sino sociólogo. El nivel muy homogéneo de clase media alta,
alto consumo, calidad de bares, puede
parecer la zona de Dupont Circle de
Washington, con más gente y mejor vestida.
Ayer
sábado –creo que hay otro ayer más arriba- Mundaka -la mejor y más larga ola
izquierda de Europa- , campeonato de surf, mi sobrino Jon debía participar pero
como estaba solo con la hija, no pudo hacerlo. Ve amanecer en invierno en el
agua del Cantábrico. Va a Indonesia, Costa Rica, Marruecos … a coger olas. Las olas
de cuatro metros, contenidas en su máximo combamiento por el viento sur,
parecía arte más que naturaleza. Ya dijo Oscar Wilde que la naturaleza imita al
arte. Estuvo todo muy bien.
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