Únicamente en todo el mundo, sólo yo, puede saber lo que representa
dejar de escribir, para lo que antes hay que pensar, del tema sindicalista y
regresar al del Sáhara y Magreb, (ya no
puedo referirme solo al Sáhara). He dudado incluso que figure en la solapa
referencia al sindicalismo y laboralismo. Al final como han sido tres putos
libros, dirigidos prácticamente a nadie que los pudiera comprender, van a
aparecer. Superando la vergüenza
evidentemente ¿Qué se puede pensar de alguien que escribe sobre sindicalismo?
¿Habrá uno solo en el mundo que lo haga desde el mundo de la cultura e
intelectual? Menos mal que yo me he salvado holgadamente, solo porque soy bueno
y batallador, recluido como estuve en esa celda enmohecida, mortecina, banal, antigualla y tan absolutamente iletrada.
El último libro sobre el Sáhara, está esperando el prólogo del Niño. Vino el lunes a Los
Reunidos -hubo un escueto brindis-, porque le había urgido el prólogo. Se lo había pedido -es un peso
pesado- pero para que no hiciera un prólogo hagiográfico, sino que expresara sus ideas sobre
la zona: la seguridad, la actualidad y que luego conectara con mi libro, que el
texto tuviera entidad propia.
Está
ilusionado y eso me contagió, el placer de colaborar, de compartir cosas. Mi
hermano me ha hecho una corrección fantástica.
El cambio es brutal, se puede hablar, se sabe que tendrá alguna
trascendencia, que te sitúas en un mundo en el que hay posiciones,
interlocución, interés, conocimiento. El Niño ya me ha mandado la mitad del prólogo y es magnífico. El aporta el lado
científico y analítico, yo el crítico e intelectual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario