Ahora sí es la marca de café que estaba buscando. Mi hijo en su primer o segundo año en
Washington lo llevó y cuando la que es hoy su mujer
vio el café español se echó las manos a e la cabeza horrorizada: ¡un
negro de camarero! No sé si le dijo que
en la aduana se lo podían haber quitado.
En España es frecuente entre toda esa masa progre oír
utilizar lo políticamente correcto, como negativo sí, pero exactamente al revés. Sin posibilidad de
enmienda, antes desparecerá el
sintagma. Es natural que lo usen indebidamente –el progre ya es el foco
anticultural por excelencia, como ISIS o el Estado islámico aunque bajo parámetros occidentales- no conciben que la patria de lo
políticamente correcto sea EE.UU. Vamos a ayudarles desde aquí con nuestra
modestia (¿modestia? paciencia quería
decir) infinita: tiene que ver con las discriminaciones positivas, ¿Capisci?
El lunes en nuestro bar: Los Estados Reunidos, nos contaron
Fer y Rosita los consejos que les habían dado E y S sobre su estadía en
Washington. Nunca decir la palabra negro, en ninguna ocasión. Sobre ese
sacrilegio nominalista arrancan dos grande novelas de Philip Roth y Coetzee precisamente. Y la segunda recomendación, que
desconocía, nunca mirar a un negro a los ojos, porque tienes la bronca
asegurada. Lo inmediato es ¡tú que miras! Y de ahí pasas a las oscilaciones y
marejadas. Que es cuando hay que poner
el rabo blanco entre las piernas.
Fer me dijo: ya sabes lo que tienes que hacer en Baltimore.
Luego resultó que durante 15 días con coche de alquiler, el peligro reseñable fue el que
suponía de noche y con su visión mermada, en las anchas calles de Washington, los negros que
cruzaban por cualquier lado.
3 comentarios:
No es sólo que sea un camarero, sino que sea representado de forma caricaturesca (ojos saltones, labios prominentes).
Exactamente
En Usa y en Alemania hay partidos y movimientos racistas. En España ni lo planteamos y no tenemos mala conciencia
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