viernes, junio 19, 2015

Lo que ayer se dio en acontecer

Wittgenstein: “La filosofía tiene como objeto cómo pasar de un sinsentido no evidente a un sinsentido evidente”. Ayer hablando con Juan Mingot no me acordaba bien  de esta frase, la he buscado y encontrado.
A Juan, que leyó el Tractatus hasta el final
Ayer en el casino me encontré con un profesional, al que  le conté mi situación y me preguntó por la escritura. Después en el bar y antes de la conferencia de mi hermano, me vino a presentar a un gran empresario, y otro compañero que estaba en la barra también me vino a saludar, todos muy afectuosos. De lo que no me he acordado hasta ahora. Resulta que no tengo la más mínima vida social y la que podría tener en lo profesional la evito. Simplemente voy de amigos a amigos, lo que no es propiamente vida social. Pues sigo. Tras el acto, mi amigo Arturo, que me había dado un gran abrazo al comienzo -¿pero no me odias o al menos me detestas? le pregunto (le enviaba correos sangrientos),  en absoluto me contesta-, me dice  te quedarás a cenar con nosotros (en el casino). No gracias, yo me voy a beber y no a mariconadas de cenas. Este es representante  cualificado de los liberales conservadores y un erudito e intelectual. Luego me vino Ignacio que es anarcocapitalista, o sea neoliberal de verdad, intelectual. Que se muestren obsequiosos conmigo tienen un único significado y es que pasan de mí, yo pensaba que tendrían la deferencia de  considerarme al menos como un  enemigo de clase, pues no, debo ser  un tipo del que solo cabe decir “es un tío simpático”. En resumen: ¿Qué pasó ayer en el casino?, que entré entre simpatías y salí de igual forma.
Desde luego, como no frecuentes a la derecha, no hay la más mínima posibilidad de intercambio intelectual, para no atrofiarte  y empobrecerte hay que escapar de la izquierda, y mantener distancias. Lo único que les salva a estos, es que son los de los bares.
Todavía en el bar del casino Fer se pone hablar con Ex Doctor Harris, son colegas y trabajaron juntos. ¿A qué Fer era el más vago de toda la consejería? Siempre ha presumido, pero EDH no se atreve a corroborarlo. Y eso que Fer lo enfatiza  en ese momento de nuevo. Yo hablo con Juan, un "Mácaros" muy interesante y muy ilustrado, también ingeniero. Los humanistas de ciencias.
Me niego a hablar de la existencia de dios, porque no me interesa lo más mínimo. Me interesan las religiones muchísimo, pero nada Dios. Como Kant, es la cosa en sí, sobre lo que no cabe reflexionar. Lo que más me molesta de todo es el tema del aborto. No hablo ni escucho. Hablar supone de entrada penetrar en un debate teológico medieval sobre el concepto de sustancia. No hay debate posible sobre sustancias. Es una cuestión ontológica, o sea éter, sin soporte epistemológico riguroso: que debiera ser el que se considera insuficiente y dudoso.
A Juan le encanta mi plan de Baltimore y que solo conciba morir a manos de un americano, por deferencia y respeto a mis hijos.
EDH me insiste que en el periódico me deje de rollos y que escriba de mis historietas del blog, que corte y pegue, que es lo que tiene sustancia…¿o accidente?



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