domingo, junio 21, 2015

Yo sí que he cumplido (pincha)

Estoy muy contento, me he encontrado en la propia web de la Biblioteca del Congreso de EE.UU. de lo que he dado cuenta inmediata en mis blogs. Faltaría más. La única realidad es la virtual, ahí está todo. Es lo único que me interesa de ser escritor y ensayista, lo que realmente lo simboliza y justifica. Simulacros caben todos.
Aparece mi nombre junto a una pequeña bandera americana. Además estuve en esa biblioteca, detrás del Congreso y  alineada con el Tribunal Supremo en Washington , Fer y Rosita los compararon con el Hermitage de San Petersburgo. Jefferson, Adams, Madison, Franklin… estamos todos.
Aunque aparezca "Vasca cultura de altura"  (con toda justicia) también está "Abogados laboralistas y pos-sindicalismo" si entras en http://viaf.org/viaf/46272645/#skos:Concept.
El viernes pasado compré dos libros en La Isla: "Padres e hijos" de Turguénev y otro “De Tánger al Nilo”de Javier Valenzuela. A la tarde pensé en la elección de esos  libros, ahora, bueno ya hace tiempo,  me atrae la literatura y revolución rusa, lo deduzco forzosamente por los libros que compro, no parto de que el tema me atrae y compro. O sea sale. Nunca iría a Rusia, me quedo con su literatura, su campo, su alma y sus siglos XIX y XX. Me gustan los autores, siempre se respira el mismo clima, la presencia de lo rural con su pureza y vida monótona atravesada por amoríos e ideas nuevas. Hace poco compré el último libro del inglés Julian Barnes, sobre su viudedad. Me parece más interesante la gran prosa moderna –no me refiero a la literatura de entretenimiento, a las redacciones  o ejercicios creativos- , tiene otra estructura, fundamento, temas, es híbrida, se ordena de otra forma, mucho más sugerente (cómplice)  e innovadora. El paradigma es más ingenioso y brillante, no hay previsión.
Ocurrió hace unas tres semanas, compré  “Historia del  Marruecos moderno”, más que apetecible,  un tesoro.  Me atrae muchísimo Marruecos, derivación del Sáhara y asunto vivencial. Es una atracción que nunca hubiera imaginado. Si hiciéramos caso a mi vida entera hasta hace 10 años, lo natural sería que fuera entre indiferente y hostil a Marruecos, y  que me deprimiese totalmente de no poder eludirlo. En casa empecé a maldecir que  no pudiera leer lo que realmente me atraía (ese libro), no estaba yo para dedicaciones  placenteras.
Estoy  dedicado al sindicalismo, después de tanto impasse ahora con  fuerza. ¿Pero tienes algo más que decir sobre el sindicalismo y el laboralismo? Era la pregunta casera. Lo lógico sería que no, o al menos, tengo una historia: la mía. Mi peripecia que es única, ha quedado casi relegada  por los análisis del sindicalismo y el laboralismo. Se trata de intuiciones y ángulos de crítica que jamás se han hecho y van al meollo de las cuestiones. Pocas cosas tan gratificantes –aparte los encuentros en google- como saber que te adentras  en territorios vírgenes y poder contarlo bien.  De todas todas, soy el autor de esas cuestiones.
Esta semana descubrí una cosa inmensa. Lo que me llevaba, tras  más de tres décadas en un sindicato y además la USO -para un exradical , muy naif y light-, era algo en lo que jamás hubiera sospechado:  la pericia y el análisis del sindicalismo y el laboralismo. El testimonio, la historia  de ese mundo. En realidad he sido el único que podía hacerlo. No creo que nadie se pueda  llevar más, y de donde menos lo espera. Todo mi incomodo, inadaptación, lejanía, falta total  de aprecio de ese mundo, de súbito –esta semana-  descubro  el poder ser,   y lo  soy,  el único analista riguroso y crítico de esos mundos de dios. Resulta increíble, y tan paradójico…
Yo sí que he cumplido.



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