Estoy muy contento, me he encontrado en la propia web de la
Biblioteca del Congreso de EE.UU. de lo que he dado cuenta inmediata en mis
blogs. Faltaría más. La única realidad es la virtual, ahí está todo. Es lo
único que me interesa de ser escritor y ensayista, lo que realmente lo
simboliza y justifica. Simulacros caben todos.
Aparece mi nombre junto a una pequeña bandera americana.
Además estuve en esa biblioteca, detrás del Congreso y alineada con el Tribunal Supremo en
Washington , Fer y Rosita los compararon con el Hermitage de San Petersburgo.
Jefferson, Adams, Madison, Franklin… estamos todos.
Aunque aparezca "Vasca cultura de altura" (con toda justicia) también está "Abogados
laboralistas y pos-sindicalismo" si entras en http://viaf.org/viaf/46272645/#skos:Concept.
El viernes pasado compré dos libros en La Isla: "Padres e
hijos" de Turguénev y otro “De Tánger al Nilo”de Javier Valenzuela. A la tarde
pensé en la elección de esos libros,
ahora, bueno ya hace tiempo, me atrae la
literatura y revolución rusa, lo deduzco forzosamente por los libros que compro, no parto de que el tema me atrae y compro. O sea sale. Nunca iría a Rusia, me quedo con su literatura, su campo, su
alma y sus siglos XIX y XX. Me gustan los autores, siempre se respira el mismo
clima, la presencia de lo rural con su pureza y vida monótona atravesada por
amoríos e ideas nuevas. Hace poco compré el último libro del inglés Julian
Barnes, sobre su viudedad. Me parece más interesante la gran prosa moderna –no me
refiero a la literatura de entretenimiento, a las redacciones o ejercicios creativos- , tiene otra
estructura, fundamento, temas, es híbrida, se ordena de otra forma, mucho más sugerente
(cómplice) e innovadora. El paradigma es
más ingenioso y brillante, no hay previsión.
Ocurrió hace unas tres semanas, compré “Historia del Marruecos moderno”, más que apetecible, un tesoro.
Me atrae muchísimo Marruecos, derivación del Sáhara y asunto vivencial. Es
una atracción que nunca hubiera imaginado. Si hiciéramos caso a mi vida entera hasta
hace 10 años, lo natural sería que fuera entre indiferente y hostil a
Marruecos, y que me deprimiese
totalmente de no poder eludirlo. En casa empecé a maldecir que no pudiera leer lo que realmente me atraía
(ese libro), no estaba yo para dedicaciones placenteras.
Estoy dedicado al
sindicalismo, después de tanto impasse ahora con fuerza. ¿Pero tienes algo más que decir sobre
el sindicalismo y el laboralismo? Era la pregunta casera. Lo lógico sería que
no, o al menos, tengo una historia: la mía. Mi peripecia que es única, ha
quedado casi relegada por los análisis
del sindicalismo y el laboralismo. Se trata de intuiciones y ángulos de crítica
que jamás se han hecho y van al meollo de las cuestiones. Pocas cosas tan
gratificantes –aparte los encuentros en google- como saber que te adentras en territorios vírgenes y poder contarlo
bien. De todas todas, soy el autor de
esas cuestiones.
Esta semana descubrí una cosa inmensa. Lo que me llevaba,
tras más de tres décadas en un sindicato
y además la USO -para un exradical , muy naif y light-, era algo en lo que jamás
hubiera sospechado: la pericia y el
análisis del sindicalismo y el laboralismo. El testimonio, la historia de ese mundo. En realidad he sido el único
que podía hacerlo. No creo que nadie se pueda
llevar más, y de donde menos lo espera. Todo mi incomodo, inadaptación,
lejanía, falta total de aprecio de ese
mundo, de súbito –esta semana- descubro el poder ser, y lo soy, el
único analista riguroso y crítico de esos mundos de dios. Resulta increíble, y
tan paradójico…
Yo sí que he cumplido.
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