Se trata de una solidaridad de fin de semana cuya única virtualidad es la resonancia del gesto de quien lo hace, que solo repercutirá en los medios y ámbitos de donde proceden los protagonistas. Un heroísmo de bajo riesgo, por lo demás sin la más mínima pretensión de influir en la realidad humanitaria del Sáhara. Los españoles tienen su guerra, aunque sin costes. Arengas, llamamiento a la resistencia, y por supuesto solo programas máximos, por lo que el interés por propuestas negociadoras y de arreglo siempre ha sido nulo.
La Causa del Sáhara es una causa muy relacionada con la imagen, la exhibición, el cine, los festivales, los artistas… Normalmente los solidarios –convendría decir activistas, aunque sean de fin de semana- no rehúyen las cámaras ni la propia promoción. Es una causa bien pagada en imagen. Difícilmente encontraremos una causa más posmoderna que esta, aunque ellos de posmodernidad no entiendan mucho, están más avezados en los movimientos de liberación nacional surgidos al término de la II Guerra Mundial en las colonias europeas. Hay personas que siempre llegan tarde a todo.
El chantaje afectivo es total, los saharauis saben que si se avinieran a rebajar su programa máximo, sus animadores canarios y españoles les abandonarían inmediatamente.
El solidario español, es la antítesis del cooperante anglosajón o europeo, es un activista propagandístico de fin de semana, radicalizado y simple, que anima a los que sufren y malviven a que perseveren en todos sus padecimientos, que detrás están ellos sin jugarse absolutamente nada, exhibiendo por sus barrios su denuedo organizativo y su ética estética de túnicas, turbantes y caravanas de 4x4 por el desierto (muchas fotos).
Por cierto Tinduf y el conjunto de sus campamentos es un gran ensayo de régimen totalitario, donde cualquier disidencia es impensable y que se basa en el monolitismo más granítico, la voz unísona, el dirigismo, el paso marcado, las consignas de una secta y la uniformización total.
Mientras que en África ahora se debate sobre los estados fallidos, al sur de Argelia se sueña con problemáticas resueltas tras el final de la II Guerra Mundial y los procesos de descolonización hace 50 años. Los saharauis no destacaron por mostrar alguna ansía emancipatoria. Nada importa, ni los desfases históricos, ni guerras pérdidas, ni nuevas realidades, ni por supuesto el pluralismo inherente a cualquier grupo humano. Esto es lo que menos entienden.
He leído que los solidarios hispanos están preparando la noche vieja en Tinduf, un turismo solidario fantástico. Preparados videos.
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