Se dice que la
pobreza ha descendido en Venezuela del 43% al 28%, sin embargo en el crecimiento del PIB y otros indicadores
está entre los peores
de Hispanoamérica.
Antes de la llegada de Chávez al poder los excluidos
sociales lo eran de una manera radical, no existían ni política ni socialmente. Chaves les escuchó,
se identificó con ellos, se volcó de la manera más demagógica, y adoptó –la estética es clave- un
icono de la cultura de la marginalidad: el chándal. Él era uno de ellos. La premisa del populismo.
Chávez distribuía alimentos y ejecutaba
políticas de vivienda, educación y
sanitaria con médicos y agentes cubanos, en detrimento de los
venezolanos y de las estructuras sanitarias, educativas y nacionales en general. A lo que unió expropiaciones
(confiscaciones), pero manteniendo una oligarquía afecta ligada también a la exportación de petróleo a EE.UU. : el gran socio
comercial.
Chaves reparte
alimentos, sanidad cubana, alfabetización, vivienda y empleos entre las bases afectas, con cargo a un sector público superior
al 50% e insostenible que el petróleo financia, a consta del desmantelamiento de
la mitad de la estructura y actividad productiva.
Tal es así, que saliendo todo del petróleo
pero de manera tan ineficiente y parasitaria, se crean nuevos endemismos como el
desabastecimiento crónico de productos
básicos, cortes de suministro eléctrico
y una inseguridad apocalíptica que arroja cada año las bajas de
Irak y Afganistán juntas, mientras ha logrado seccionar al país en dos trincheras. Como dice Enrique Krauze,
lo peor era que desde la radio lanzase la doctrina del veneno
contra el enemigo interior.
Nada de lo que hace
se entronca en los esquemas revolucionarios de raíz marxista, ya que sabemos
que los populismos caudillistas hispanoamericanos
no pertenecen a la tradición política revolucionaria
de izquierda, de transformación
radical de las estructuras económicas y sociales, y capaz de imponer grandes sacrificios colectivos, en pos de un
horizonte de cambios profundos irreversibles. Nada de eso se conoce en Venezuela, sino la entrega clientelista de bienes y servicios, que en el acto de dar se
agota porque no hay proyecto, solo
eslóganes como el Socialismo del S XXI,
que no es más que un concepto chándal.
Todo es gasto social a chorros, no inversión social ni
planificación, es todo coyuntural, nada estructural, es darles
peces pero no enseñar a pescar,
supone desincentivar, inhibir, inocular el cáncer del subsidio
clientelista y la cuchara a la boca, ni siquiera se realizan infraestructuras
ni se renuevan ni modernizan los
equipamientos industriales.
El populismo se basa en la religiosidad literal y el
vínculo con el Caudillo ante el que
prevalece la sumisión incondicional, y
cobran prestigio los hábitos, valores, pulsiones, ropa y estilo de
las clases marginadas: con vocación de
seguir siéndolo eternamente a cambio de
unas dádivas. Comida + electrodomésticos de cierta gama.
Ni uno solo de estos aspectos ha estado en la ideología
marxista, que cifró su justificación en el hiperracionalismo de concebir sociedades renovadas por completo que rozaran la
perfección, en la igualación al alta por
el trabajo, la educación y el esfuerzo productivo colectivo. Por lo que tuvieron apoyo de intelectuales o
artistas siempre elegantes y
sofisticados, que quemarían los chándal, se reirían de la beatería, la telenovela,
el tono
tabernario, la chabacanería atroz
, el machismo cuartelario en el poder e institucionalizados, también de las rogativas y el fanatismo de las masas en
entierros a lo Ayatolá Jomeini. Granjas dantescas.
Lo que se puede entender en la Hispanoamérica exhudante de religiosidad
por todos sus poros, resulta grotesco y patético en la izquierda hispana, que vuelve a demostrar
su indigencia terminal de ideas,
propuestas, algún relato de ficción siquiera, mera posición en la Tierra ante el presente y futuro. Es tal su nada que
con sus tumbos traiciona hasta su dogmática constituyente, sus esquemas básicos, su
cuerpo teórico e ideología. Están tan
perdidos que se arrojan a la luz de las
estampas del Sagrado Corazón de la que emana, y
que ahora destella en el frontispicio de la República bolivariana.
Esta izquierda
pútrida tiene su cuartel general en el establo
–empieza a tener fama mundial- de Políticas de la Complutense de Madrid y como
comandante internacionalista al camarada Monedero y Jorge Vestringe, -y subcomandantes a los Plejanovs, Troskis y Gramcis de
IU-, que ha circulado de la extrema derecha
a la izquierda, por odio atávico a la
libertad que les traumatiza hasta la patología, y la desorientación total.
4 comentarios:
Pues esto es lo más lúcido que he leído sobre el asunto en estos días.
Análisis certero. A reenviar a mis conocidos canarios-venezolanos que curiosamente son todos anti-chavistas.
Salu2, EDH.
Mi sincero agradecimiento, al parecer acertamos
Estaba esperando un análisis como éste. Estupendo artículo.Completamente de acuerdo.
Tu ferviente admiradora y follower.
R.W.
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