martes, marzo 05, 2013

De Bogotás a Yemen

El domingo llama E desde Washington.
-S.  se va la semana que viene a Yemen.
 Me apresuro a establecer un marco fiable de situación, derivado   del sabelotodismo de  los viejos con experiencia: ¿del norte o del sur?- por dármelas de erudito.
 - Desde 1900 (ó 2000) y pico (me lo ha tasado como un agrimensor/auditor) hay un solo Yemen, por si no lo sabes, que parece que no – me contesta E.
-  ¡Y qué más da! Es igual de peligroso unitario   que fraccionado.
E, cada  dos meses y pico se va una semana a Bogotás y en un ocasión desayunó colindante a Juanes, a quien fotografió  subrepticiamente, a México va menos. Ahora toca el turno a S, que se va a Yemen y aún les queda, próxima,  un boda en Beirut. Pero yo sigo.
-  Dile que se ponga el pañuelo, y que no se mueva de la embajada americana, hasta que caigo en la cuenta  que va como funcionaria del organismo internacional  de emigraciones con sede en Ginebra, y no de norteamericana.
-          Sí, se le pondrá, claro, porqué no- me contesta evasivo y condescendiente
-          ¿Llevan escolta? que tenga cuidado- Oigo por el teléfono  “si lleváis escolta”, no sé la respuesta.
S estuvo de cooperante hasta 2 veces en Afganistán y se atrevió a ir a Bumiyan (donde radicaban los budas volados), en lugar de quedarse en las bases americanas de donde no se puede salir así como así, ni tampoco beber, por lo que la  viva transcurre casi entera en los gimnasios. Tiene fotos con pañuelo en tierra de nadie saltándose  la seguridad. En lugar de ser la típica americana láctea, ganadera  y pecosa, es muy racial por lo que casi puede pasar por lugareña de esos lugares, en muy guapa.
Luego se pone XY
-qué he oído que S se va a Yemen, pues dile que no se quite el velo.
Lo que para XY es velo para mi es pañuelo y eso da de sí la argumentación.

No hay comentarios: