Esta vez es la del Consejero Delegado –el máximo cargo
ejecutivo- de la famosa cadena del hotel donde nos hospedamos. Una cadena española
con hoteles en medio mundo. He estado charlando un buen rato con él, que me ha contado
muchas cosas del hotel y el grupo. Supongo que será, siguiendo la pauta
exegética que vengo empleando las veces anteriores, debido otra vez a
mi simpatía personal, forma de
ser o manera de vestir, OK? lo que hace que se me invite tanto. Nos caímos muy
bien, para que me (nos) invitara a
mojitos y daikiris. Muy chévere y muy padre.
Luego nos dijeron que nos ponderó.Bueno, ya he sido invitado tres veces –en realidad cuatro- en
EE.UU. que supongo será lo que les ocurra a todos los turistas apenas toquen
suelo americano. Ayer al atardecer mientras me bañaba en South Beach pensaba
en la ciudad que miraba desde el agua más cálida y limpia que nunca he conocido. En Miami la naturaleza se ha
excedido en generosidad proveyéndola de bahías, islas, playas, islotes, rincones imposibles, vegetación desbordada, magnífico tiempo,
árboles añosos que se cierran como túneles y la más bella construcción y así, uno de los más hermosos barrios que recuerdo es el de
Miami Beach. Posee un núcleo urbano de 600 casas catalogadas. Una cuidad
apacible de arquitectura art decó, que
en realidad es el racionalismo alemán de Walter Gropius , con la afortunada
particularidad de que exteriores e interiores muestran los signos ornamentales
esenciales del lenguaje racionalista o de la Bauhaus. Un tejido urbano
ordenado, un barrio de signos y lenguaje categóricos -una destacada página en la historia de la arquitectura del SXX-, acogedor, umbrío, ordenado,
recoleto, con avenidas-paseo que parecen túneles por las copas abrazadas de
árboles añosos y enormes: esas avenidas arboladas poseen paseos de césped y todo tipo de plantas y arbustos, y parterres
en sus entradas, jardincitos, patios, y corredores entre las casas alineadas.
El frente de playa donde estamos son hotelitos con todas las muestras de art decó
más bellas y cinematográficas, es de la década de los treinta del pasado siglo con
coches de época aparcados. Todo sigue igual, todo te evoca una época y a una vida.
Miami, capital de la cultura
Como mi experiencia sagrada en mis viajes es el arte moderno
y especialmente contemporáneo, cuyos libros es lo que siempre me traigo de
ellos, he comprado dos libros del barrio
del art decó. Han sido todos los días levantar brazos indicando repisas, voladizos,
figuras, geometrías, ventanas, volutas, paños, planos,
signos lingüísticos del art decó y el racionalismo. Nuestro hotel está
a 70 metros de la casa de Versace, donde fue asesinado. Que no es decó.
Vistamos el MOCA, el Museo de Arte Contemporáneo de Miami, parte ahora está
cerrado, pero vemos unas instalaciones de video magníficas, me compro otro gran
libro de arte. Ayer a la mañana nos arrebata el Mueso Wolfonsian, dedicado en un marco art decó de máxima
calidad al arte realista de principios del XX americano, -unos John Steinbeck de
la pintura-, a la cartelería sobre el Sida, en un lacito rojo de una habitación
de lacitos rojos escribí 3 nombres. La exposición estaba montada como si fuera
expuesta en el Moma de NYC. En otra
planta se mostraban grabados y libros de la derrota de 1898 de España frente a
Estados Unidos, cuando se perdió Cuba, Puerto rico, Filipinas y Guam. Todos las
banderas y gallardetes de los barcos españoles son españoles –este nivel de
cuento y de vivir del cuento, sólo se da en España- que aparecen en grabado,
pinturas y cuadros- tienen la bandera
española y ni uno solo la republicana. ¡qué vergüenza ¡en una guerra contra
Norteamérica con la bandera facha de toda la vida!
Cuarta invitación-
En una galería de arte y diseño hay una presentación de muebles de diseño, se nos invita a que pasemos, aunque se restringida y con copas.
El Encuentro mágico: el gusano Garmendia
Estamos en un bazar, de dónde son, hispánicos, de qué parte, soy de bilbao, país vasco pero vivo en las Canary.
-Yo también tengo ese origen, me apellido Garmendia y soy cubano. Es muy largo de contar, y hubo tanta chispa por parte de él que sería laborioso intentar reproducirlo. Diré que me pase 40 minutos riéndome compulsivamente gracias al Gusano Garmendia.
Más arte, del norte donde se ubica el MOCA bajamos a comer Wynewood, que una vez lo había visto por una televisión española, es un lugar industrial donde florecen los restaurantes de comida global,mestiza, galerías y talleres de arte, comercios y todo tipo de productos y servicios nuevos, creatividad a espuertas. El barrio tienen en sus paredes los mejores grafiteros del momento. Es impresionante.
He superado tabús y prejuicios gracias a S: He comido
brunch, en haitiano, cubano comida
global excelente en el bar de Wynewood. Incluso langosta en una marisquería antiquísima, en el bar tenías jazz, mientras esperando tomabas un aperitivo. Miami baño en el mar y en la cultura
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