Me introduje furtivamente,
tras varios rebotes y desvíos –buscaba el cambio de la Dirección (la del iñakigabilondismo melifluo) en el periódico DA -, en un blog
literario strictu sensu, reconozcamos que digno, que glosaba el último ensayo
de Mario Vargas Llosa La civilización del espectáculo ¿Qué se
podría decir en España de MVLL que no
hubiéramos oído ya? Tenía que ser algo sin duda inteligente, original y valioso, que indujera
a la reflexión, que sorprendiera.
Efectivamente, era muy novedoso y críticamente audaz lo que analizaban el autor y entrantes al blog. ¿Salvarían Conversación en la Catedral,
loarían El Chivo, Pantaleón…?
Pues sí, tan correctamente además. Como
cirujanos. Pero, pero… así como narrador es un gran autor, en fin… ideológicamente….
Los centinelas del progresismo hispano
fruncían el ceño de fiscales perdonavidas,
como siempre. El guion de los valientes,
el gen de atrevidos y curiosos.
Era el esperado mugido sostenido y sostenible. El coro
hispano, que es profundamente hispano americano, deplora una ideología del todo
inverosímil hoy en este país y en aquel continente pre-pos- revolucionario par
excellence. Irresignados a pequeñas reformas,
cambios de mentalidad, pragmatismo, objetividad y seducidos por todos los
atajos, adanismos, revoluciones, utopías, milenarismos, ensayos “rupturistas” no
pueden con la irrupción política del pensamiento liberal ignorado, ajeno, extraño a los evangelios de apremiante redención definitiva.
Que la entrada y el coro concluyeran tildando a Vargas Llosa
de facha y
neoliberal, no dejaba de ser un aporte interesante. Anticipo que de
los fabuladores no me interesa nada su pensamiento, ideaciones (intuiciones engalanadas) más bien,
puestas en boca de los personajes o en
ellos. La lectura íntegra de la obra de ficción de 10 autores mundiales, no servirían
de argumento para hablar de ideas políticas y demás si no se ha leído un solo libro sobre éstas. Esas lecturas habrían si acaso estimulado su sensibilidad pero serían tan
brutos como antes de leer sobre
emociones de la vida. Lo que parece bastante evidente.
Vargas Llosa es una excepción, por una vez un
fabulador tiene un discurso intelectualmente sólido, vasto y articulado, que
se mueve perfectamente en la esfera del pensamiento crítico y reflexivo, con rotunda solvencia
gracias a lecturas rigurosas y sistemáticas sobre lo que se conoce como teoría
política, sociología, ensayo, historia del pensamiento, ciencias sociales… no de ficción, no mundo ocurrencial cognitivamente fláccido. No fáciles proclamas morales.
El blog citaba a
autores con el rigor previo de la
condena por la sonoridad moral (de jaez abyecta) que destilan sus nombres:
Popper (de paso decir que no creía en el mercado sin regulación. De nada),
Adam Smith y poco más.
No se han leído a ninguno de esos autores meramente
reproducidos, evidentemente, por no referirnos a los omitidos y seguro que citados por MVLL (que no recuerdan).
Por lo que propongo dos
vías de iniciación al pensamiento de
MVLL:
A)
Los artículos periodísticos reunidos y
publicados son auténticos ensayos. Incluso una obra como la biografía de Armas Marcelo lo facilita. Sin prejuicios, ni
atrevida ignorancia, ni oscurantismo progresista.
B)
Como quiera
que la entrada destila enemistad
contra fachas y neoliberales, teniendo en cuenta que detesto el analfabetismo
político, y ya que tan de izquierdas se
les supone, recomiendo avancen suavemente por la espartaquista comunista
alemana Rosa Luxemburgo y seguir, si el
esfuerzo lo permite, por Alexander Herzen (socialista revolucionario ruso
amigo de Marx). Creo que es el tránsito
más adecuado desde la izquierda (si un poco ilustrada) para poder iniciarse en
el liberalismo político sin tragedias internas de look. Si al menos se sienten liberales en ideas, sexo y costumbres,
podrían asumir y degustar a Isaiah
Berlín. Los glosadores del ensayo ni lo citan.
Para los hijos o nietos se puede dejar las diferencias
entre liberalismo y neoliberalismo. Proponer
ya para las generaciones venideras por
ejemplo distinciones elementales de
alfabetizados: Hayeck-Berlin-Popper-Jefferson versus Milton Friedman-Chicago boys-
Kagan-Fukuyama y con éstos el latiguillo
de loro sabio Reagan /Thatcher/neoliberalismo.
Si se me permite, estos
narradores incurren como siempre en esa fantasía de erigirse gratis en
una suerte de conciencia moral
perdonavidas que vigila y
alerta sobre el mal de la época. Sin que proceda, ni por el esplendor de su propio
pensamiento ni por la ejemplaridad de sus vidas, la más mínima superioridad
moral. La moral injertada en la opinión pública mayoritaria les castra hasta la
curiosidad por lo que ignoran por completo.
Gracias de todas formas, ya sé el libro que me voy a comprar para el
próximo viaje. Me había olvidado de él.
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