He estado con Rapso (Aleph Suárez) recién, bebiendo. Me ha radiografiado la feria del libro con rigor científico y efusión poética, muy comedido y reflexivo.
- Rapso, al final resulta que yo he sido el mayor comprador de la feria -asiente convencido (había algún testigo más de mi paso)-, y tú, el máximo vendedor (libros propios vendidos). Lo voy a colgar en el blog porque son hechos irrefutables- le digo.
- No, no lo pongas-
-¿Por qué?-
-Porque se va a organizar una buena -y ríe como una hiena joven- no ves que son universitarios y están muy felices-
- Que se jodan y espabilen-le corto.
He descubierto que a escala reducida es mucho más interesante el comprador que el vendedor (el autor). No se puede comparar. Hay muchísima más fuerza, argumentos,generosidad, conciencia, fantasía, ideales en el comprador, más interés y poesía, que en el que es vendido (escritor), que ha creado algo reblandecido, efímero, un murete irregular que se sustenta en su enlucido.
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