domingo, junio 17, 2012

Grecia ¿kátharsis? Nosce te ipsum

El post lo he escrito antes de conocer los resultados, no le afectan mucho –son  mejores de los  que esperaba, pero…
No sólo están las determinaciones económicas, las magnitudes objetivas en las situaciones y dinámicas económicas, ya que junto a ellas aparecen  elementos netamente psicológicos, como expectativas, confianza, incertidumbre, oportunidad, miedo y retracción…
La economía además de no ser una ciencia empírica y analítica autosuficiente y cerrada, es un campo abierto a variables  de influencias difícilmente mensurables y objetivas.
Hablaba recién un premio Nobel judío de la influencia en la economía de los elementos psicológicos con determinaciones  tan esenciales e imbricadas como las magnitudes estrictamente económicas.  Si algo  pone de relieve  esta crisis de paradigma o del  sistema económico social y cultural es la preminencia de las grandes estructuras de psicología social, antropológicas y simbólicas, el mundo de los valores culturales que impregna una sociedad y una tradición.
Alemanes y griegos son, en cierto punto, los dos confines de Europa. La crítica de arte y la estética  llegaron a  introducir factores climáticos para explicar  actitudes diversas que fermentaban en lo profundo  de la mirada artística.
Dos mundos que se repiten, y cuyo carácter o idiosincrasia  es significado de mil modos. Grecia hace mucho que abdicó de la incomparable gloria de sus orígenes.
Alemania: exigencia, principio de responsabilidad, rigor, compromiso..
Grecia: falta de compromiso, irresponsabilidad, picaresca, aleatoriedad...
Alemania da una lección práctica y actual de los valores  inculcados por el protestantismo, a los que ya se refirió Max Weber, como son austeridad, ahorro, trabajo,   exigencia y deber,  responsabilidad personal y colectiva, rigor del compromiso.
Grecia, lo propio de ortodoxos, católicos y comunistas: exoneración completa de la noción misma  de responsabilidad individual y colectiva, luego oportunidad para revocaciones, nuevas promesas, últimos arrepentimientos. A la  infantilización que le brindaba su propia tradición y religión, se une la infantilización de la sociedad moderna europea, de la que nos ha ilustrado Pascal  Bruckner
Al margen de que se pueda mitigar la austeridad y que fuera necesario hacerlo para propiciar el crecimiento –lo sabrán los técnicos-, Grecia se acaba de auto conceder  una nueva oportunidad, dicen, de renegociar todo lo renegociado durante dos años  –el deudor parcialmente perdonado y sin recursos para subsistir el mes que viene, va a revisar las  condiciones  de sus incumplimientos y engaños con el prestamista, en nombre de  su sagrada incapacidad.
Lo maldito de esta crisis es que nada es radicalmente nuevo sino todo muy viejo y hondo.

1 comentario:

el escritor escondido dijo...

El problema griego viene de hace más de dos mil quinientos años, pues se desecaron tras Hipócrates, Sófocles, Pitágoras, Heráclito, Aristótetes, Platón....