Acabo de leer en ABC digital que ataques israelíes dejan cuatro milicianos muertos en Gaza. Pincho y sé algo más: que ese ataque se produce tras caer 150 cohetes en Israel en una semana. Una noticia que pasaba desapercibida, sin importancia alguna.
Siria ahora; y las amenazas de Turquia de que tomará represalias por el caza derribado. El socio de ZP en la Alianza de las Civilizaciones anuncia represalias. Ni las toma en caliente, eso es civilización profunda, de horizonte.
Ser projudío en España para mí es inexcusable, el país de Europa de mayor hostilidad a Israel -dato de todas las estadísticas-, delante de Alemania, Polonia, Ucrania, Francia, Bielorusia, Rumanía, Moldavia, Rusia, Lituania, Grecia, Chekia... es excesivo por las credenciales históricas de los competidores, sin restar ningún mérito a España.
El libro de Ana Carbajosa, corresponsal de El Pais en Jerusalén, sobre Israel, deja un final inquietante, dentro de unas pocas décadas las mayoría de la población de Israel será haredim (ultraortodoxos judíos) y palestinos ciudadanos israelíes. Comparten dos características o tres:
- Son la población de mayor crecimiento demográfico.
- Son los sectores más improductivos, en el caso de los haredim porque solo se dedican a leer y les va el sacrificio, en el caso de los palestinos israelíes por la desigualdad de oportunidades.
- Ninguno de los dos sectores presta el servicio militar, osea que tampoco habrá ejército. Ésta la perspectiva.
Si fuera judío israelí defendería posiciones que puedo intuir ahora y aquí, quizá próximas a Amos Oz o a los laboristas, nada que ver con el sedicente e hipócrita pacifismo selectivo y flotillesco hispano. Insensibles a Siria, Libia o cualquier atrocidad concebible, incluso dentro de Europa, como en los Balcanes. Ahora callan como putas. Esperan agazapados su oportunidad.
1 comentario:
Pues ya somos dos, aunque no me cooperativice ...
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