Es una época para iniciativas y para ser autónomos, y de posibilidad de refutación de viejas inercias y cerrazones.
La Embajada de Israel ha alentado por Twitter y Facebook a entrar en nuestra dirección.
No hay duda de que sabemos lo que nos traemos entre manos y estamos estimulados para proseguir. Las empresas que merecen la pena -siempre hablando por mí- son las difíciles y nacientes, las inciertas y en las únicas trincheras (que me perdonen los correctos si alguno lo lee, que no debiera) en las que merece la pena estar son las vacías o apenas ocupadas. Las llenas apestan. Uno debe estar solo en las que se sienta útil y necesario y sienta que debe estar, especialmente ocupando vacíos, jamás sumando granos de arena, la mayoría superfluos.
Por ejemplo, gracias a nosotros la sociedad a la que pertenecemos es menos unidimensional, monista, dogmática o solo gran ola combada y rugiente, lo que es una barbaridad, todo un logro, casi un a gesta en estos tiempos de muerte de la razón: de argumentos, hechos, análisis, conocimientos (es alucinante la pasión en la “causa “ y la ignorancia bestial, previa, agresiva….) No hay duda de que sabemos lo que nos traemos entre manos y estamos estimulados para proseguir. Las empresas que merecen la pena -siempre hablando por mí- son las difíciles y nacientes, las inciertas y en las únicas trincheras (que me perdonen los correctos si alguno lo lee, que no debiera) en las que merece la pena estar son las vacías o apenas ocupadas. Las llenas apestan. Uno debe estar solo en las que se sienta útil y necesario y sienta que debe estar, especialmente ocupando vacíos, jamás sumando granos de arena, la mayoría superfluos.
Una fila de la grada que ni aplaude ni viste los colores de la hinchada, y menos chilla. Una fila es muchísimo. Puede dar que pensar. En sí sola ya es un argumento, una razón. En mi caso ésas son mis luchas y ninguna otra. En mis batallas siempre he perdido, pero perdiendo y teniendo esa conciencia, al final el motivo siempre se ha rehecho y ha progresado. Como para creer en Hegel y en Marx.
La idea de buscar el apoyo para iniciativas culturales se ha desvanecido por el momento, se supone que sabremos hacer cosas solos, una idea aquella un tanto parasitaria. Tenemos otro espíritu y tenemos gente, por tanto la idea es de poder actuar por nuestra cuenta, hacer propuestas o proyectos que puedan interesar. Por eso empezaremos -como ya lo hicimos con Literatura y judaísmo y con la charla sobre Israel en un café librería- por nosotros mismos.
Tenemos a un experto en temas internacionales, que nos puede situar en un área de conflicto y en los contenciosos de la zona, y tenemos a un catedrático de filosofía y psicólogo que nos puede ilustrar muchísimo sobre judaísmo
Otra cosa que vamos a hacer es: Viajar a Israel, seguramente en agosto. Los interesados contactar.
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