- Creo que tres, de eso se encargó el secretario, aunque yo fui con él.
- ¿Cómo eran, grandes…?
- Sí, y de tapa dura, como muy antiguos y alguno de color Burdeos, como de añejas contabilidades, supongo que de páginas entrelineadas. No vi su interior, pero por su exterior….inductivo… o proposi-ci-o-nal, perdón… sí, seguramente
- Entonces ¿tres o cinco?
- Para mí que tres, ya digo, los compró el secretario (con mi dinero).
- Sí, es que tenemos tres, pero pone que se presentaron cinco ¿a que nos atenemos?
- A tres, resolutivamente a tres
- Bueno, pues entonces son tres.
- Sí, tres, muchas gracias por consultar este extremo, señorita- le contesto.
- Gracias, buen día.
- Gracias a usted, buen día- Este hermano ¡cuánta guerra da!
Ayer, antes de bajar a una de mis simas laborales, el celular. Era mi hermano.
- Shalom, soy el secretario anarquizante –así le tildé en el blog-, te llamo para decirte que yo también estaré en la mesa en la presenta (del Sáhara como Metarrelato) del viernes 3, tengo algo que decir que dará espectáculo…
- La librería del Cabildo no es el Faro Chill Art y no va haber música introductoria a una eventual actuación nuestra, como aquella vez, es más serio… y además nunca hemos tenido fans (quitando a Yael), ni en la radio tuvimos, por si se te ha olvidado.
- No importa, pero yo voy a estar en la mesa.
El libro del Sáhara se sitúa en nuestros márgenes vivenciales de inveterada disconformidad epocal y con su sistema de creencias vigentes, que diría Don José Ortega y Gasset.
No hay campo más fértil para el humor que el de la incorrección (pero vamos, científicamente), no es posible la incorrección (o el librepensamiento) sin humor. Y al revés, claro. Carmen Chacón siempre se ríe sin ganas. Hace que ríe. Aunque mucho peor es Julio Anguita, que ni amaga. O Llamazares. Y en esa misma línea: Franco.
1 comentario:
Virgensanta. Esa foto en este blog da grima.
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