Post dedicado a Tox
Los garzonianos recuerdan a las sectas del Medievo, que henchidas de ansia de Justicia bíblica y estados adánicos, en definitiva de la revocación de la condición mortal humana, ¡pobrecitos! se hacían müsnterianos, fratellis, cátaros, albigenses y de toda suerte de sectas: la vida les hacía muy infelices y querían garzones expeditivos que alumbraran el orden definitivo de Justicia. Así empezó el Antiguo Testamento, por cierto.
Qué personaje más interesante Garzón, qué biografía plena de ángulos de oscuridad y espacios opacos, de tiempos más que muertos y tiempos sumamente vivaces. Urdangarín pudo creerse por encima de muchas cosas ¿pero Garzón…? Para Garzón y algún otro ¿tolerante? con la Dictadura argentina (al cazador Garzón le libró la edad) es evidente que el orden legal mundial, su sistema de garantías y procedimientos o condiciones políticas, es una rémora para la urgencia de sus donaciones “inaugurales” a la humanidad. ¿Qué ideas albergarán estos seres providenciales, de sí mismos? Ellos, por encima, lo están ¡cómo tener reparos en asuntos de trámite! Esa es la mentalidad lógica. ¡A qué podrá deberse la variedad presuntamente delictiva de Garzón! ¡A qué lógica podrá responder tanta diversidad... ! Qué todavía no sabemos lo que han ocasionado los grandes salvadores… qué no hemos aprendido nada de las pulsiones humanas sumisas a los grandes mensajes y atajos de salvación. Es terrible. Garzón es un tipo muy menor y simple, no hay más que oírle, lo inquietante son las pulsiones que hace aflorar.
Me temo que frente a la irracionalidad de la izquierda, debemos volver a Arthur Koestler, George Orwell, Stephan Zweig, Thomas Mann, Klaus Mann, Victor Serge….
Ver a esa izquierda holligan de “querido Emilio” - Garzón implorando para que su último Salvador pueda seguir sobrevolando la justicia humana, huerfanitos de dioses, nos llega a turbar. La izquierda es ya la gran fuerza irracional, la que se ha pasado a las últimas trincheras: las del mito, las creencias utópicas, maniqueas y religiosas, y obviamente sectarias.
La izquierda española, tras el franquismo, ha sido la gran proveedora de librepensadores, seguramente a una escala nunca habida antes. Todos las figuras críticas e intelectuales más destacados del final del franquismo y postfranquismo, acabaron por descubrir las miserias de la izquierda española y de abrirse a pensamientos e ideologías democráticas ninguneadas y/o a la evolución intelectual mínima. No abdicaron de la razón. De ahí esa incompatibilidad masiva con la izquierda irracional, religiosa, mitologicista y sectaria. Garzón: antifranquista. Son la rehostia.
La actual escolanía de la izquierda o son franquistas, consentidores del franquismo, avispados funcionarios de partidos o devenidos en marginales trasnochados, carcas, adictos a la banalidad, desde incompetencias que no se recuerdan.
Solo les queda Garzón el Mesías. Al que le sobran, muy casualmente todos los magistrados del Tribunal Supremo, a fin de cuentas jueces humanos. No sé por qué no se hace El País la siguiente pregunta. ¿Quién podría entonces juzgar a Garzón? Por lo que leo en ese periódico, ni Dios, pues que lo diga de forma expresa y aclare por qué. Al ser Él, la impunidad total, el fuero personal medieval, Él no es sometible a juicio. ¿Patético, cómico, estupefaciente....o prefascismo?
No sé por qué me acuerdo de Fray Liberto. Ah sí ¿Cómo que no te llame liberto, si te lo pusiste tú en tus anónimos contra mí, que además difundías? Este es el nivel.
Carcas de muy poca monta, pero algo pretenciosos los pobres, osaron alguna vez intentar cercenar mi libertad de pensamiento y expresión, aunque sé que no lo van a volver a intentar, nunca me olvido de los fascistas. Me acuerdo de todos.
1 comentario:
Viva Tox
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