viernes, agosto 01, 2025

Ni patibulario ni petimetre, imposibilidad de (re) encarnación barojiana

Algunos literatos son capaces de donar personajes ambientales o escénicos, perfectamente modelados, a base de adjetivos, sin los cuales no hay personaje excéntrico. Y basta un adjetivo. Ayer por fin al puertito de Cabopino,
Como Jano, anverso y reverso, cara de un lado y de otro, sin cruz, doble en uno, No Doppelgänger (el otro malévolo y peligroso)
Empecé a hurgar en el móvil por contagio ambiental cuando sólo tenía los teléfonos para mirar, me salía, uno siempre ha sido aherrojado por lo compulsivo y las conductas sociales más mecánicas. Las conscientes  y volitivas, masivas y mainstream,  las detesto porque me llegan a enfermar. 
Me he leído ya el libro del editor Jorge Herralde y Hans Magnus Enzensbergen .Yo también fui y soy editor a mi manera, mucho más desinteresada.
Mi último libro vasco,  conceptualmente y el propio título  son inaugurales, sin genealogía ni familia de procedencia. Orfandad vasca: un oxímoron. Hay que trabajarlo mucho.

No hay comentarios: