Era un domingo del agosto pasado, ya me hubiera gustado a mí gozar de la repulsa popular. Lamentablemente, ni por asomo logrado, pero no está nada mal el goce personal de uno desgajado, suyo, propio, volátil.
Bueno, este es el barrio, que no está nada mal, de una esquina de la ventana puedes ver pasar los barcos, si pasanEn el palacio de atrás, la Diputación de Vizcaya, el rey Melchor me sentó en sus rodillas la víspera de Reyes.
El busto es otra de la infamias del carlismo irredento del PNV, es de John Adams, uno de los padres fundadores de EE.UU. De toda su obra y declaraciones han sacado una frase o dos, sobre los derechos de los pueblos, como si fuera Herder. El patriotismo de nación cívica (de Adams) de los Estados Unidos es la antitésis del carlismo decimonónico del Partido Nacionalista Vasco, un nacionalismo etnicista, e históricamente racista, muy xenófobo, muy machista.
Aquí en el Marítimo del Abra, donde acude Fernando y mi hermano sólo si es a pagar, cuando se quedan en la casa de este último.
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