Tengo los lunes y los sábados que voy a Mercadona muy feliz. A diario a la gasolinera a por el periódico, ya he conocido a 3 candidatos para las sustituciones de vacaciones, no acaban de quedarse con ninguno. Bueno, y Supervivientes en la 5.
Y esta es la vida amistosa, distendida, placentera a una edad no provecta sino invernal, volviendo a citar a Paul Auster.
Estoy corrigiendo el último libro, sí, esas cosas hago, me lo había censurado un poco, pero empezando por cosas pequeñas que me pasaron -casi todo lo que me pasa es en las redes- con ciertos (muchos) poderes culturales españoles en el extranjero, creo que las unifico bien y extraigo conclusiones para mi muy verdaderas y evidentemente no deducidas y menos referidas (hay mucho beneficiaro en acto y potencia) por el común. El ser humano lo que no soporta es perderse, verse solo, ni pasar frío.
Escribir para mí está justificado si vas a aportar algo, si tienes qué decir, lo que no vale es repetir enfoques, argumentos, a prioris, sumarse a los mainstream, buscar la simpatía, o el amor incluso.
Como siempre se trata de escribir sobre lo no dicho, omitido, orillado, ignorado y al margen de las opiniones comunes, las compartidas y pacíficas. Los sobrentendidos.
Ni se han casado ni van hacerlo, a ninguno les dos les apetecería si hubiera algo entre ellos, que no lo hay. No se me ocurre otro pie de página para esta foto que parece matrimonial.
Llevo unos años muy cómodos, no me trato con ningún progre, esa gente que siempre sabes lo que van a decir, tan previsibles y audaces para ellos mismos, como que son capaces de enfrentarse al imperialismo americano, al neoliberalsimo y al capitalismo, el machismo de género y el cólera a la vez.
Tampoco son
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