miércoles, junio 22, 2022

Entre el reducto, y la junta de accionistas del diario nacionalista vasco DEIA


Debajo de este reportaje fotomatón del lunes, aparece la convocatoria de la junta de accionistas del periódico nacionalista vasco Deia, del que soy, no puedo decir improbable, pero sí  inverosímil accionista. Herencia de mi padre al que no vi una sola vez comprar el Deia, sino El Correo por bilbaínia, no hay duda de que fue un acto patriótico no cruento -no todo necesariamente lo fue- por su parte.
En mi libro De Bilbao a Bilbao, 40 años después, hago referncia a esta mi condición neoliberal (ya no dicen Kapitalismus), que dirían  nuestros actuales okupas de la izquierda, inmensamente cultos y preparados y racionalistas fanatizados.
Nire aitaren etxea defendituko dut, "defenderé la casa de mi padre", aunque yo lo traduzco por "traicionaré la casa del padre". En este caso, sin otro motivo que mi afección a la paradoja, contradicción bien servida, reversibilidad, ambivalencia, disrrupción, emotividad de género, sentimentalismo socialdemócarta, enmarqué el título de accionista de Deia.
Nadie me tomaría por un debelador -un enemigo de clase- del nacionalismo  vasco y en general, pues lo soy, nadie se lleve a engaño.
¿Un esteta? puede/o ser

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